El argentino Javier Castrilli, nuevo presidente de la Comisión de Árbitros de la ANFP, enfatizó que su labor en el país estará centrada en “recuperar la credibilidad” de los jueces nacionales y “corregir conductas que se han enquistado” en la forma de dirigir los partidos a nivel local e internacional.
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En entrevista con La Tercera, el exárbitro transandino expuso lo que será su plan de trabajo para cambiar al referato nacional, que ya este día tuvo su primer hito tras informarse el retiro del juez Eduardo Gamboa de la actividad profesional.
“Uno representa una idea de lo que quiere realizar. Uno piensa brindarles a los árbitros un marco de confiabilidad, pero a la vez de exigencia. La disciplina, el respeto, la transparencia y, sobre todo, la recuperación de la credibilidad del cuerpo arbitral. Ese tiene que ser el norte. El que así no lo entienda, no puede estar”, señaló Castrilli, quien reconoció estar “trabajando mucho” para hacer un diagnóstico del arbitraje chileno que permita “hacer una reingeniería que sea capaz de trabajar a la velocidad de los cambios que pretendemos realizar”.
Javier Castrilli
— Trataré de conformar un cuerpo arbitral que busque la excelencia. El que así no lo entienda, que busque otro camino"
Respecto de las mejoras que busca implementar entre los árbitros nacionales, Castrilli agregó que “basta mirar los partidos de Copa Libertadores y Eliminatorias para darnos cuenta de que se debe mejorar. Uno no puede tapar el sol con un dedo, seamos sinceros. El arbitraje chileno merece un trabajo diario para ir corrigiendo conductas que se han enquistado y que poco a poco se fueron naturalizando”.
El nuevo criterio arbitral que busca instalar Castrilli
Dichas conductas las resumió el argentino en el dispar criterio utilizado por los pitos nacionales al momento de dirigir en el extranjero y en la competencia local.
“Es muy fácil verlo en los partidos internacionales. Cuando uno dirige partidos con jugadores de otros países, uno se da cuenta de la tipología de faltas, de la permisividad de los árbitros. Una de ellas, que me llama mucho la atención, es la lectura de las entradas. Tenemos que ponernos de acuerdo cuándo es juego brusco grave, porque eso está tipificado en el reglamento. Eso es tarjeta roja. Necesitamos ponernos de acuerdo. El juego violento, la agresión sin pelota, es roja directa. No hay contemplación. Por ejemplo, la patada del otro día del Superclásico (de Sandoval a Bolados) era tarjeta roja directa. Ahí se configuran todos los elementos para que sea roja directa”, aclaró.
Del mismo modo, enfatizó en la necesidad de mejorar algunos aspectos en la alimentación y preparación física de los jueces chilenos.
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“Hay que mejorar la alimentación, la preparación física. Uno observa que en otras latitudes, los árbitros se están desarrollando de otra manera. Acá nos falta. Tenemos que traer a nuestros lugares las fórmulas que se están utilizando del brazo de la ciencia exponencial que tanto ayuda”, apuntó, poniendo énfasis en que la “credibilidad” de los árbitros chilenos deberán “ganársela” con el tiempo de trabajo bajo su mandato.
“Siempre apunto a que la credibilidad hay que ganársela. Se demora mucho tiempo, como el respeto”, dijo.
En ese contexto, su principal tarea en las próximas semanas será la de definir el grupo arbitral con el que seguirá adelante en lo que resta del año y la renovación que prevé instalar en los próximos años.
“Los estoy evaluando. Voy a evaluar a cada uno de los árbitros y tomaré una decisión. Tomaré decisiones, aunque sean dolorosas. Tenemos que velar por el fútbol chileno, no por el arbitraje. Tenemos que ver qué necesita el fútbol chileno. Como busco la excelencia, trataré de conformar un cuerpo arbitral que busque la excelencia. El que así no lo entienda, que busque otro camino”, finalizó.