0 of 5
Tras el anuncio de proceso constitucional que realizó Michelle Bachelet, no son pocos quienes se preguntan “¿cómo dice que dijo?”. Acá explicamos los términos que están de moda entre los que saben de actualidad y que resultan más o menos difíciles de entender.
PUBLICIDAD
1- AC: Asamblea Constituyente
El profesor Williams Valenzuela, director de la Escuela de Derecho de la Universidad Mayor afirma que esto es “una congregación de personas, compuesta por un grupo de personas representantes del pueblo, que tienen como objetivo analizar el gran marco legislativo de un país, que es la Constitución. Para esos efectos se pueden elegir o designar diputados constituyentes, senadores constituyentes, entre otras figuras”.
Sin embargo, la presidenta en su mensaje no habló de Asamblea Constituyente sino que de ‘Proceso Constituyente’. ¿Es lo mismo?
“No, no son lo mismo”, responde el analista político y profesor universitario, Alberto Mayol.
“No tiene ningún parecido porque la Asamblea Constituyente es un mecanismo vinculante, compuesto por personas que tienen como objetivo hacer una nueva Constitución. En cambio, el anuncio que realizó la Presidenta, al parecer, tendría carácter de voluntario y eso significa que las propuestas que nazcan desde los cabildos o reuniones no son vinculantes, es decir, que no hay garantías que permitan asegurar que esas mociones se incluyan en la nueva Carta Magna“, dice Mayol.
2- ¿Qué se necesita para establecer una AC?
El profesor Valenzuela dice que “la Asamblea Constituyente no puede llegar y formarse porque la Presidenta no tiene la facultad para convocarla. Primero es necesario realizar un plebiscito, para saber si es que el pueblo quiere o no cambiar la Carta Magna. Y para llamar al plebiscito es necesario realizar una serie de reformas que requieren de la participación del Congreso”.
Alberto Mayol, por su parte agrega que por esa misma razón “el anuncio es una apertura a media de puertas a cambiar la constitución. La metodología no vinculante no genera compromisos de Gobierno para incluir las propuestas ciudadanas y desde ahí ya podemos ver que el anuncio es un poco confuso”.
“Cambiar una Constitución requiere de los quórum más altos del Parlamento, son cifras elevadísimas. De hecho, dependiendo del capítulo de la Constitución a modificar, para su aprobación se requiere de un quórum casi del 60% entre lo más bajo y sobre el 66% para otros puntos más fundamentales. Una tarea casi imposible para este Gobierno”, afirma el profesor Valenzuela.
3- ¿Qué significa que un proceso sea o no vinculante?
“Vinculante implica que las decisiones tomadas por la ciudadanía obliga a las autoridades a ejecutar un plan. Si las reuniones ciudadanas son vinculantes, se puede efectivamente realizar una Asamblea Constituyente. Si no, no hay obligaciones”, afirma el académico de la U. Mayor.
4- ¿Cuál es la visión de los expertos respecto al anuncio?
“Es una cortina de humo para desviar la atención”, asegura Williams Valenzuela. “Para que se recova un proyecto constitucional las políticas deben pasar primero por el Parlamento y ahora eso está lejos de ocurrir”, añade.
“Respecto a si era o no el momento, sí, era el momento, pero no la ocasión”, reflexiona Mayol. “Durante todo este ciclo, que se inició en 2011 a la fecha, parecía indispensable realizar algún proceso de legitimación. Pero proponer este tipo de acciones a propósito de una crisis de corrupción, no es algo que se lea inmediatamente lógico”, señala el analista.
En cualquiera de los casos la Presidenta fijó septiembre como fecha inicial para el proceso constitutivo y si es que efectivamente se van a iniciar estas conversaciones ciudadanas para establecer una nueva Constitución, al menos hay varios meses en los que se podrán enviar propuestas al Congreso que permitan acabar con la Carta Magna de 1980, que es la que se escribió durante la dictadura de Augusto Pinochet. Porque, como explica el profesor Valenzuela, “Ricardo Lagos mantuvo la misma Constitución, sólo que le cambió la firma”.