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¿Cómo hacer que estudie por su propia cuenta o que haga las tareas solo? Muchas veces esa pregunta ronda por la cabeza de los padres incansablemente. Los expertos aseguran que pueden acompañar a los hijos mientras hacen su tarea, pero nunca hacer los deberes por ellos. Se trata de que estén al tanto, colaboren en la búsqueda de los insumos necesarios, hagan presencia y supervisen, respeten el ritmo de cada niño, acojan sus dudas y frustraciones y los feliciten por sus esfuerzos y logros. A continuación presentamos seis consejos sobre lo que se debe hacer y lo que no en este camino.
1). No estudiar después de jugar
Según la experta en pedagogía Paulina Schwarze, directora Editorial de Caligrafix “mientras más pequeños sean los niños, deben dedicar menos tiempo a las actividades escolares”. En el caso de los niños preescolares, no debieran ser más de 15 a 20 minutos. Para los niños que ya van en la educación formal, puede ser entre 30 a 40 minutos. Lo importante es respetar el horario que se destina a la actividad de estudio y que siempre sea a la misma hora, e idealmente no después de jugar, ya que es probable que su concentración la ocupe en el juego y después esté cansado para realizar actividades que requieran mayor focalización.
2). No todos los niños se demoran lo mismo
El tiempo de estudio también dependerá de las características del niño y niña, si vemos que después de 30 minutos ya está cansado y no se concentra, se aconseja no destinar más tiempo, e ir aumentando gradualmente los momentos de estudio si se requiere. También es importante que se respeten los momentos de ocio.
Además, no todos los niños se demoran lo mismo en adquirir los hábitos de estudio. “Los padres deben tener presente que no todos los niños se demoran lo mismo en adquirir los hábitos de estudio, a algunos les costará más, por eso es importante transmitir mensajes positivos que refuercen este proceso. Mientras antes se comiencen a formar o retomar hábitos, más fácil y rápido será lograr su consolidación”, explica Claudia Soto, del programa “Aprender en Familia” de Fundación CAP
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3). Planificar una hora para actividades escolares lúdicas
Disponer al menos de una hora al día entre el padre y el hijo para que se sienten a realizar actividades lúdicas y vinculadas con los primeros deberes escolares. La idea es que se estudie de manera entretenida y motivante mediante actividades como pintar, recortar y pegar, leer, hojear libros y revistas, manipular objetos didácticos.
4). Dejar el estudio siempre para la misma hora
Mantener en el tiempo este hábito siempre a la misma hora, de manera que la mente del niño vaya programando la hora de estudio, lo que sin duda que facilitará su concentración. El lugar elegido también debe conservarse y debe ser un espacio que evite las distracciones, sin la televisión encendida, ruidos y cosas que podrían ser fuente de distracción.
5). Compañía en los deberes
La compañía del adulto es fundamental, puede hacerlo prestando exclusiva atención a lo que hace el hijo o también realizando otra actividad intelectual, ya sea leer o escribir. Lo importante es ser un modelo para el hijo y que él pueda ver que también disfrutamos de actividades que requieren pensar y concentrarse.
6). No estudiar sólo para las pruebas
Al tener un hábito de estudio se reflexionan más los temas y se llega a una mayor comprensión o cuestionamiento de una materia. Estudiar en un ambiente más relajado favorece el aprendizaje y lo hace mucho más significativo, sin embargo, hacerlo sólo para la prueba puede provocar mayor estrés, ya que se hace bajo una situación tensa y los aprendizajes duran sólo un tiempo, y en muchas ocasiones una vez dado el examen, la mitad se olvidó.
“El éxito para que este proceso necesite menos esfuerzo y trabajo de parte de la familia tiene que ver con establecer una rutina que ponga las responsabilidades de la escuela como prioridad y que permita ir formando los hábitos necesarios en este ámbito”, remarcó la experta de Fundación CAP.