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Lorena Fries: “El Estado tiene que hacer lo posible para que los migrantes no se sientan abandonados”

Según la visión de la exsubsecretaria de DD.HH., el Gobierno de Piñera “ha actuado tarde en relación a las obligaciones que tiene” en materia de migración.

De acuerdo con la visión de la exsubsecretaria de DD.HH., hoy candidata a diputada por el D10 y vocera del comando de Gabriel Boric, Lorena Fries, la crisis migratoria en la zona norte es sólo responsabilidad del Gobierno, que a su juicio, sólo ha implementado “medidas parche”.

-¿Qué le han parecido las medidas adoptadas y anunciadas por las autoridades?

He seguido esto con mucha preocupación. Estamos hablando de flujos migratorios que en los últimos años se han incrementados muchísimo, fundamentalmente por lo que ocurre en Venezuela. Pero era algo que de alguna manera se podía prever, dado que desde Venezuela han salido cinco millones de personas, y sólo una baja proporción ha llegado a Chile. Ante eso, creo que el Gobierno ha actuado tarde en relación a las obligaciones que tiene, porque un flujo grande de migrantes que ingresa a un país requiere atenciones y hay que prever las consecuencias, cómo se integran esas personas, el cumplimiento de garantías y DD.HH., que son obligaciones aunque ingresen de manera irregular al país.

En eso se han demorado y, además, como el gobierno no se hizo parte del acuerdo de Marrakech, que justamente lo que preveía era que las soluciones que se tienen que tomar, en el caso nuestro, deben ser de manera regional, pero es algo que recién informaron. Pero dados los anuncios de fortalecer la vigilancia, me temo que no sirvan de mucho, porque esta probado que mientras más se rigidiza la frontera, más ingresos ilegales hay. Por lo tanto, lo que se busca es llevar el control del ingreso, más que impedir que ingresen. Estamos siempre como parchando, no hemos dado con una buena política. Y los liderazgos son clave, los que incitan a la xenofóbia se traducen después en un rechazo en la población. Y recordemos que por una parte el Presidente habló de la visa de responsabilidad democrática y después les cerró la puerta en la cara. Ha sido muy contradictorio.

-¿Cómo se compatibiliza un ingreso más libre, pero vía registro, con la capacidad que pueda tener el país de recibirlo, y con la legislación que tenemos?

No puede pasar lo que vimos con las expulsiones masivas. Están prohibidas en materia de DDHH las expulsiones colectivas. También están prohibidas las expulsiones administrativas, y lo que estaba pasando ante de que la Corte Suprema fallara a favor de esas personas, que eran los mismos escritos para todos. Bueno, si Chile se hubiera articulado con los otros países de la región, uno puede empezar a ver cuotas de migración, la gradualidad de los ingresos, por ejemplo. La única solución es generar condiciones mínimas, como los hospedajes, albergues para acoger a las personas, cumplir con el principio de unificación familiar y también regularizaciones con cierta gradualidad, lo que permitirá al país saber qué cantidad de personas estamos acogiendo y cuáles son las capacidades internas.

Pero lo que vimos en Iquique no puede volver a pasar, porque todos los Estado, no sólo Chile, tienen que hacer lo posible, por lo menos, para que los migrantes no se sientan abandonadas cuando ingresan al país. Se pude decir quiénes ingresan y bajo que condiciones, pero una vez que ingresan da lo mismo si son irregulares o regulares.

-Se anuncio la habilitación de un campamento en Colchane, pero el mismo alcalde se opone y ya vimos que parte de la población está, a lo menos, molesta ¿Qué se debe hacer para evitar más expresiones de odio?

Algo clave es el liderazgo y se necesita por parte del Presidente y las autoridades. Debimos tener desde hace mucho tiempo campañas que den cuenta del aporte que hace la migración, y no sólo cultural, porque también hay un aporte económico que no se está relevando. Lo único que se ve es la parte superficial, que es la llegada de un flujo grande que no tiene cómo integrarse. Eso es clave para que no hayan brotes xenofóbicos, y también para controlar el ingreso, porque el ingreso por pasos ilegales lo único que hace es fortalecer el crimen organizado a nivel internacional. Tanto el tráfico de migrantes como la trata de personas.

¿Cómo se va a avanzar en esto en el eventual gobierno de Gabriel Boric? ¿Se va a modificar la aprobada ley de migraciones?

Está dentro del programa. Va a haber una modificación, porque hay que flexibilizar más y, en ningún caso, los derechos sociales deben estar sujetos a años de permanencia. Tiene que haber una modificación porque la forma en que está pensada la política migratoria por este gobierno, lo único que va a hacer es aumentar el ingreso irregular.

Varios estarán en contra...

Pero tiene una justificación, primero, con una visión humanista ante la vida. Son personas que la están pasando muy mal. Además, siempre que se flexibilice el ingreso, para que sea más fácil, se pueden tener datos sobre la población y necesidades, como por ejemplo, lo ha hecho Ecuador, donde no se ven este tipo de cosas.

No implica que no existan cupos migratorios.

No, por supuesto. En materia migratoria los Estados mantienen su soberanía para decidir los requisitos para ingresar y permanecer.

-En esta crisis, hay quienes dicen que la alta comisionada para los DD.HH de la ONU ha hecho poco en esta materia ¿Cómo evalúa usted el rol de la ex presidenta en esa línea? ¿Han faltado medidas?

Tengo claro que, en su momento, la alta comisionada evacuo informes que daban cuenta de las violaciones sistemáticas de DD.HH en Venezuela. En eso no hay dudas. Y también abogó para establecer un corredor humanitario para ingresar medicamentos. Por otra parte, el tema migratorio no depende de ella, sino de agencias especializadas que están colaborando en la zona norte. No me parece que hayan faltado acciones de su parte.

-En una minuta del Gobierno, se llamó a responsabilizar a la candidatura de Boric y al FA por lo que ocurre. ¿Hay una abierta intención de boicotear el proceso eleccionario a su juicio?

Obviamente están tratando de golpear a Gabriel, pero yo daría vuelta las cosas. Nunca antes habíamos tenido estas situaciones y es justamente por la negligencia del gobierno de generar las condiciones para la mejor acogida y para prevenir las tensiones que se producen cuando hay flujos migratorios. Lo que plantea Gabriel es justamente para avanzar en una migración segura, ordenada y regular, que no es lo que está haciendo este Gobierno.

-¿Cómo ve lo que está pasando con el candidato Sichel? Gabriel le pidió honestidad. Claramente lo que está esperando la gente es honestidad de los candidatos, que lo que dicen tenga que ver con sus trayectoria de vida y me parece que en eso, ha fallado el candidato Sichel. Prácticamente amenazó a los diputados por el cuarto retiro, pero el había retirado y ahora quiere que se retire el 100%. Nadie entiende mucho. Y lo más importante en estas elecciones no es qué tan capaz sea uno, qué tan importante sea, sino que tan honesto se sea.

¿Qué harán si ese proyecto se aprueba y Boric llegan a La Moneda, cómo sacarían adelante una reforma en una situación así?

La idea es contar con seguridad y, por lo tanto con una jubilación universal, que compense sobre todo a las mujeres por el cuidado que han realizado durante sus vidas y que no se computa como trabajo. Evidentemente esa va a ser una de las grandes medidas que se deben adoptar rápidamente. Eso va a requerir si o si una mayor recaudación por la vía de impuestos, evitar la evasión y también por exenciones que existen. Además, de la capacidad de endeudamiento que todavía tiene Chile.

Pero llevar acabo eso tras un retiro del 100% sería cuesta arriba.

Totalmente. Eso está claro, y por eso todo el mundo dice que no es la mejor política sacar los fondos.

¿Cómo van a compatibilizar las propuestas con lo que defina la Convención?

Lo fundamental es que se cuente con un gobierno que apoye el desarrollo de la Convención, respetando su autonomía en la decisiones. El Parlamento tendrá mucho que hacer, porque tendrá que traducir a leyes lo que se defina y el gobierno tendrá, por ejemplo, apoyar con presupuesto, medidas que faciliten la participación y otros. Pero es la Convención lo que marca el próximo ciclo democrático.

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