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Brutal confesión en crimen de taxista: “Lo maté, descuarticé, quemé sus restos y su cabeza está enterrada en el patio de mi casa”

Giancarlo Sánchez decidió acabar con la vida de su amigo, Gerver Coz, luego de una discusión que tuvieron en el cumpleaños de la víctima.

Los detectives de la División de Investigación de Homicidios de la Dirincri PNP consiguieron esta semana la aterradora confesión de un joven veterinario peruano, quien reconoció haber asesinado este fin de semana a su amigo taxista en el distrito limeño de Cieneguilla luego de haber sostenido una discusión con la víctima el día que celebraban su cumpleaños.

“Yo lo maté, lo descuarticé, quemé sus restos y su cabeza está enterrada en el patio de mi casa”, reveló Giancarlo Sánchez Suárez (25 años), autor confeso del crimen en contra de Gerver Coz Vara (35), quien fue capturado por funcionarios policiales mientras conducía la camioneta de la víctima, la cual había sido denunciada como extraviada por familiares del hombre asesinado.

A medida que fueron sucediendo las horas de su detención, y ante las versiones contradictorias que dio Sánchez respecto del porqué conducía el vehículo de un sujeto desaparecido, fue que agentes policiales consiguieron que el joven veterinario confesara los detalles del crimen junto a su abogado y el fiscal a cargo de la investigación.

Los motivos de un aterrador crimen

Según informó El Popular, Sánchez habría asesinado a Coz motivado por los celos, razón por la que aprovechó la fecha del cumpleaños del taxista para citarlo en su casa con el objetivo de compartir cenar y beber con el.

Sin embargo, esa invitación estaba planificada para drogar a la víctima con “ansiolíticos puestos en el vaso de licor que bebió Coz, a quien posteriormente le aplicó una inyección de uso veterinario para la eutanasia de animales”, luego de iniciar una discusión por temas personales.

El cuerpo de la víctima lo mantuvo por un par de días en su casa hasta que este comenzó a descomponerse. Fue en ese instante, indicó el medio peruano, que Sánchez decidió descuartizar el cuerpo. Puso los restos en bolsas plásticas, las cuales repartió en distintos lugares de los distritos de Lima Sur y Este, donde las quemó.

Dada la connotación del crimen y la declaración del victimario fue que la justicia peruana pidió realizarle una serie de exámenes y pericias, entre ellos un perfil psicológico, dado que en su relato señaló que había guardado la cabeza de la víctima para enterrarla en el patio de su casa.

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