El exministro de Salud Jaime Mañalich va como candidato a senador por la Región Metropolitana (en cupo Evópoli) y, según cuenta, es el único médico del país con este desafío para las elecciones de noviembre. Desde esa doble calidad, exmano derecha del Presidente Piñera en la pandemia y ahora carta fuerte de Chile Podemos Más en la senatorial, conversa con Publimetro.
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¿Cómo evalúa los cambios del plan “Paso a Paso”?
—Se justificaba una reforma o un cambio con el término del estado de excepción constitucional. Llevamos más de un año y medio de pandemia y se pueden hacer modificaciones con lo que vamos aprendiendo. Y mantener otras. Por ejemplo, sabemos que sirve el uso de mascarilla y por eso el Minsal mantiene esa medida a pesar de que en otros países se ha levantado.
Respecto de su recordada frase de que “el virus se puede volver buena persona”, ¿cree que la estrategia finalmente respondió a aquello?
—En la cuenta que llevamos hoy día, octubre 2021, todos los países latinoamericanos dicen que el país que mejor ha manejado la pandemia es Chile. Desde Nueva Zelanda se señaló que la idea de erradicar el virus; es decir, que pueda desaparecer de la faz de la Tierra, se ve utópica, porque el virus muta, es la evolución natural. Los virus, o se transforman en “buenas personas”, o desaparecen.
Pasando a su candidatura, ¿qué lo motivó a tratar de ser senador?
—No tenía intención de presentarme. Pero aparecieron datos que señalaban que podía salir electo. Eso generó una pregunta: si puedo serlo, ¿debo serlo? Llegué a la conclusión de que, dada la situación del país, el proceso constituyente en el que nos encontramos, la fragilidad institucional, debía tomar el desafío. Me parece que no postulando ningún otro médico como candidato al Senado en ninguna parte del país, es un deber que un profesional de la salud esté allí presente y trate de dar datos y argumentos objetivos.
¿Cómo ve el escenario de las presidenciales con la subida de José Antonio Kast en las encuestas?
—La opinión pública que se expresa a través de las encuestas es muy sensible a eventos de corto plazo. Creo que Sebastián Sichel tuvo unas malas semanas con el tema del retiro. Por otra parte, con el tema de la inmigración, Kast ganó puntos con una postura rígida. Definiría este momento con la palabra incertidumbre. Sumando y restando, más del 40% de la gente que podría votar aún no define su voto.
¿Qué opina del caso “Pandora Papers”?
—Este era un tema conocido desde los “Panamá Papers”. No es nuevo. En ese contexto, creo que la respuesta oficial del Presidente y de La Moneda se ciñe a lo que sabemos: que esto se investigó, llegó a la Corte Suprema incluso. Y hubo cosa juzgada. Ahora, yo tengo una situación particular: el Presidente de la República puede ser acusado constitucionalmente hasta 6 meses después de abandonar su cargo y en ese contexto, si soy electo senador, me tocaría ver esa acusación, por lo que no puedo pronunciarme a priori porque quedaría inhabilitado.
¿Qué opina sobre los candidatos presidenciales que han señalado que hay que investigar?
—Una vez que se abre una pregunta, que es una pregunta, más que jurídica, políticamente importante, corresponde investigar. Está bien que lo pidan. Y corresponde que la institucionalidad funcione.
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¿Cómo clasificaría el rol de la Convención Constitucional?
—Estoy extraordinariamente preocupado, más que por el ruido de lo que unos dicen u otros dicen, porque esta es una responsabilidad gigantesca. Elaborar una nueva Constitución en un máximo de nueve meses, con la extensión de tres meses adicionales, es algo muy difícil de lograr. Si demoraron tres meses en instalarse y en lograr acuerdos un poco forzosos para los reglamentos que van a regir el funcionamiento, cuando empiecen a discutir temas de fondo será complejo. Ya vimos un poco de este funcionamiento en el caso de Rojas Vade. Eso también hay que mirarlo con mucho cuidado, ya que puede generar una discusión ácida entre el Parlamento y la Convención.
Ya que lo mencionó, ¿qué opina de lo ocurrido con Rojas Vade?
—Creo que su situación personal, por dolorosa que sea, produjo un daño enorme a la credibilidad de la Convención y a su sector político que es la Lista del Pueblo. Esta persona levantó un discurso de que nada era posible en la salud pública chilena, que no existía el Auge, que las cosas había que pagarlas por otra parte, y arruinarse y endeudarse. Todo lo cual, sabemos, después de la reforma del 2005, es falso.
Las encuestas plantean a Boric liderando la presidencial. ¿Cómo imagina ese escenario?
—A mí me parece que la tarea fundamental de los gobernantes es recuperar la paz para Chile. Y no creo que, salga quien salga, existan dos opiniones al respecto.
¿Ve posible ese escenario de paz con cualquiera?
—Lo creo imprescindible. No me imagino un candidato presidencial que va a una elección democrática en Chile avalando la mantención de la violencia como una forma legítima de expresión política, cosa que algunos sí legitiman.
¿Quiénes?
—El Partido Comunista.
Pero Boric va con el apoyo del PC...
—Él tiene acuerdos con el PC en aspectos no esenciales, pero me parece que si sale electo, será fundamentalmente por el apoyo del Frente Amplio y el Partido Socialista. Acuerdo que ya se ve en la Convención.
La historia detrás del “virus buena persona”
“Es en realidad una expresión que usan los pediatras. Cuando los niños empiezan a toser, tienen resfríos y les hacen un panel viral y el virus, por ejemplo, es un sincicial respiratorio, normalmente los pediatras le dicen a sus mamás o a los pacientes ‘este es un virus mala persona, hay que tener cuidado’. O si tienen un virus de las mucosidades, es un adenovirus, un virus de resfrío común. Ahí dicen ‘este es un virus buena persona’. Entonces no es una expresión ajena para la jerga médica, pero sí tal vez para el lenguaje ciudadano. Mi error fue no lograr prever aquello”.