Alxsandr Lukashenko gobierna Bielorrusia con mano de hierro desde su llegada al poder en 1994, aunque las denuncias de corrupción en las siguientes elecciones estigmatizan su administración. A la sombra política de Rusia y Vladimir Putin, lo describen como “el último dictador de Europa” y la reciente condena a una líder opositora así lo refrenda. Y es que María Kolesnikova estará once años en la cárcel, enjuiciada por conspiración para tomar el poder y llamar a cometer acciones para dañar la seguridad nacional, principalente a través de la prensa e internet.
PUBLICIDAD
La mujer de 39 años ya lleva un año presa, luego de ser arrestada por resistirse a su expulsión tras romper su pasaporte en la frontera con Ucrania. Hace un tiempo María se unió a otra activista, Veronika Tsepkalo, para apoyar la campaña de Svetlana Tijanóvskaya, la única candidata que se opuso al gobernante en las últimas elecciones, y articularon a la oposición como un bloque influyente. Pero ella rehuyó el exilio que eligieron otros dirigentes y quedarse a luchar le costó la libertad.
Kolesnikova nació en Minsk y tras graduarse como flautista en la Academia de Bielorrusia continuó su formación de directora musical en Alemania, donde vivió 11 años. También ejercía como gestora cultural y promovió el intercambio con Rusia, Ucrania y Alemania. De allí derino al activismo político hasta convertirse en un agente de riesgo para el sistema reinante. A menudo, su principal argumento sobre las protestas fue que “este es el movimiento por Bielorrusia, este es el movimiento por nuestra independencia”.
El corazón como símbolo de su lucha democrática
Todos definen a María “como una mujer fuerte, de convicciones”. Así lo demostró en la lectura de la sentencia: siempre erguida y desafiante, con los labios pintados de un rojo intenso y conformando con las manos esposadas aquel corazón que la identificó en la calle desde el inicio de las movilizaciones. Ella es “optimista, activa, enérgica e irrefrenable”, la perfiló su profesor de la universidad en Alemania.
Mientras las Naciones Unidas demanda la liberación de 650 presos políticos en Bielorrusia, los organismos de Derechos Humanos inician el rescate judicial de Kolesnikova, la flautista que desafío el puño de hierro que gobierna a su país…