Una gran polémica es la que se vive en Oklahoma, Estados Unidos, estado que ejecutó el jueves a un hombre que convulsionó varias veces y vomitó mientras recibía el sedante, que antecede a la inyección letal.
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Esta era la primera vez que el estado sureño aplica la pena de muerte después de una moratoria de casi siete años.
John Marion Grant, de 60 años, ya estaba atado a una camilla dentro de la cámara de ejecución, y comenzó a convulsionar y vomitar después de que le administraron el primer fármaco, el sedante midazolam.
Varios minutos después, dos miembros del equipo de ejecución limpiaron el vómito de su cara y cuello.
De acuerdo a los medios, antes de que se levantara el telón para permitir que los asistentes vieran el interior de la cámara de ejecución, se podía escuchar a Grant gritar: “¡Vamos! ¡Vamos! ¡Vamos!”.
El preso estaba cumpliendo una pena de 130 años, por varios robos a mano armada cuando, pero principalmente por arrastrar al empleado de la cafetería de la cárcel, Gay Carter, a un armario y la apuñaló 16 veces con una propina casera.