Con los votos justos (78) y unidos como hace tiempo no se mostraban, la oposición logró ayer que se aprobara la acusación constitucional contra el Presidente Sebastián Piñera.
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Jaime Naranjo (PS), quien expuso maratónicamente por más 14 horas, lo calificó como “histórico”, mientras que en el oficialismo no se cansaron de decir que todo fue un “show”.
Ahora será el turno del análisis en el Senado, que revisará la acusación el próximo martes 16 y definirá la suerte del Mandatario.
Pero la duda sigue siendo qué diputados defenderán el libelo, ya que en la oposición aún no logran consensuar posturas en torno a la terna que debe integrar la comisión informante.
Primero se rechazó la propuesta de que fueran Marcelo Díaz (IND), Gabriel Silber (DC) y nuevamente Naranjo, y más tarde ocurrió lo mismo con la fórmula en que se reemplazaba a Díaz por Gael Yeomans (CS).
Todo, como trascendió, porque el “factor electoral”, es decir, las ventajas públicas de aparecer acusando a Piñera, se está haciendo sentir.
La Sala de la Cámara tendrá que volver a presentar hoy una terna y dirimir. Por lo mismo, el informe donde se daba cuenta de la aprobación de la acción a la Cámara Alta -lo que es esencial para que dicha Corporación pueda discutir al respecto- se emitió ayer sin los nombres de los diputados que la sostendrán.
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Como anticipó el diputado Leonardo Soto (PS), la nueva propuesta “será votada al final de la sesión” de esta jornada.
La Moneda confía en que la Cámara Alta salvará a Piñera
Hasta último minuto, La Moneda tenía esperanzas de que la acusación constitucional se “cayera” en la Cámara, por lo que el ánimo durante la jornada de ayer fue de frustración.
El vocero Jaime Bellolio y el titular de la Segpres, Juan José Ossa, hicieron notar la molestia, recalcando que es una determinación “muy dolorosa para la democracia”. A juicio de Palacio, sólo hay motivaciones electorales tras el libelo.
En grupos, diferentes secretarios de Estado se apersonaron ante el Mandatario, a fin de mostrarle su apoyo.
Ahora, los ojos están puestos en lo que ocurrirá en el Senado, donde las fuerzas gubernamentales creen que la acusación no concitará los apoyos necesarios.
Para que la acusación prospere y el Presidente sea destituido, se requieren 2/3 de los votos a favor; o sea, que 29 senadores apoyen. Y en el mejor de los casos, sólo 24, los de “oposición”, podrían dar luz verde, lo que ya se avizora como complejo.
“El Gobierno espera que el Senado desestime la acusación interpuesta, asegurando el traspaso del mando de un Presidente electo democráticamente al Presidente que elija la gente, como ha ocurrido siempre en Chile desde el retorno de la democracia”, declaró el Ejecutivo por medio de un comunicado, recordando que la acción es “injusta y no tiene fundamento alguno”.