El testimonio de un reo de la Penitenciaría del Litoral sobre lo ocurrido antes de la matanza de la madrugada del sábado y cómo operan los distintos grupos para abastecerse de armas, se ha difundido.
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La identidad del interno, quien pidió no ser identificado por temor a que lo maten, fue verificada por The Associated Press (AP), medio que contactó al reo. Él asegura que no es miembro de ninguna de las bandas y que intenta mantenerse neutral.
Dijo que días antes ya se escuchaba entre los presos que otro ataque era inminente y que se decía que el blanco sería el pabellón dos y el conocido como “transitoria”, a donde llegan los nuevos internos y esperan a que haya espacio para acomodarlos. Y los dichos se cumplieron.
La balacera, aseguró, empezó a las siete de la noche del viernes y él se escondió debajo de su litera de cemento en un celda de unos ocho metros cuadrados y en la que permanecen 12 reclusos. Pidió no identificar el pabellón en el que él se encuentra para evitar que pudiera ser identificado.
Bandas y nuevos ataques
Las autoridades hablan de al menos seis facciones: los “Lobos”, “JR”, “Tiguerones”, del “Fito”, de “Samir” y “Ben10″. La policía no ha dicho qué grupo estaría detrás del ataque del viernes.
“Acá uno duerme con un ojo abierto”, dijo el reo a la AP. Y es que ahora, añadió, existe la versión de que en unos días atacarán a otros pabellones. “Quieren doblegar... y tener el control de las rutas del narcotráfico y del microtráfico”.
En la Penitenciaría del Litoral, dijo, “todo lo arreglan con matanza, extorsión. Si no cooperas te mueres, ellos deciden quién vive, quién muere, quién se hace rico”.
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La Penitenciaría es un sitio diseñado para 5.000 internos, pero actualmente hay más de 8,500 presos. Ahí están detenidos los líderes de las principales bandas que operan en el país y que se disputan el narcotráfico a pequeña y gran escala y la extorsión.
Autoridades y expertos han dicho que las bandas criminales ecuatorianas tienen conexiones con los cárteles mexicanos rivales de Sinaloa y Jalisco Nuevo Generación, que se disputan rutas del gran tráfico. Ecuador es un país de tránsito de drogas, pero también de consumo interno.
Celulares
Las autoridades han dicho que buscan contener la situación y entre otras cosas han colocado una red de inhibidores de señal para evitar que los presos se comuniquen con el exterior. Pero eso no parece funcionar: la AP habló con el reo a través de un teléfono celular. “Eso no sirve de nada, acá tenemos mejor señal que afuera”, dijo.
SOBRE LAS ARMAS
Una de las preguntas que siempre aparece cuando ocurre una masacre dentro de la prisión es cómo se abastecen las bandas de armamento.
El interno comentó que hay colusión entre los presos y los custodios y que saben que las armas entran en los camiones de comida, e incluso “a veces por miembros de la policía”. Además, dijo, “la mafia siempre trabaja apretando a las familias de los guías”, dijo en referencia a las presiones que reciben los custodios, conocidos internamente como “guías”.
Pero incluso a veces salen algunos de los presos, como los tres que la policía detuvo el viernes, horas antes del enfrentamiento.
“Ellos son emisarios de los jefes, ellos tienen que salir y regresar, porque si no regresan se mueren, aquí los jefes controlan todo”, dijo el recluso entrevistado y refirió que en la cárcel se dice que si se quiere una pistola en la calle la consiguen por unos 1.800 dólares, porque dentro la ofrecen en 4.000.
El general Marco Villegas, delegado de control penitenciario de la Policía, dijo que los tres reos que intentaron meter las armas habrían saltado una pared para llegar a la calle, donde alguien se las había dejado para que ellos las recogieran y las intrudujeran.