La Municipalidad de Ñuñoa y el Tribunal Metropolitano de Revolución Democrática investigan los antecedentes que una asesora de la concejala María Eugenia Lorenzini presentó en contra de la autoridad por acoso laboral y sexual.
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Según antecedentes aportados esta tarde por La Tercera, Lorenzini fue acusada el 12 de octubre por una mujer de 28 años, de iniciales C.E., en una denuncia de 27 páginas que fueron entregadas ante el tribunal de RD, mismo día en que el municipio liderado por la edil Emilia Ríos, también del partido izquierdista, inició el sumario investigativo.
Si bien la acusada reconoció que fue citada por el municipio a declarar, negó enfáticamente estar involucrada en los hechos.
La defensa de Lorenzini
“No he cometido nada. Está todo en proceso, pero no hay una denuncia de acoso sexual. Al menos, la que llegó al municipio no es por eso”, aclaró Lorenzini, reconocida activista feminista.
“No puedo decir nada sobre la denuncia que hay en el partido, porque no tenía idea de ella. Sí se me citó a declarar en el municipio, de forma voluntaria. Solo sé que es algo laboral, pero no sexual”, enfatizó.
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En el documento que investigan ambas instancias, asegura La Tercera, se incluyó un “informe del Comité de Salud Mental de la Asociación Chilena de Seguridad (ACHS), realizado en el puesto de trabajo de la asesora de Lorenzini” en la municipalidad de Ñuñoa y que “concluyó que C.E. se encuentra en riesgo laboral”.
“Evaluaciones realizadas a paciente y relato de testigos son concordantes con la presencia de riesgo laboral. Liderazgo disfuncional: hostilidad de la jefatura”, concluye el informe.
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Entre los hechos denunciados por la asesora se cuentan acosos laborales que van desde hacerla trabajar “12 o más horas " al día, que “traspasaba” incluso su “vida privada”; reclamos de Lorenzini por tomarse dos días administrativos con motivo del “fallecimiento de su abuelo”, y proferirle ofensas frente a otras autoridades de la repartición pública como “¿dónde está mi esclava blanca? ¡Quiero que venga ahora!”, entre otras acusaciones de maltrato laboral, tanto en horario de oficina como fuera de el.
Junto a los reclamos presentados en material laboral, la asesora también dejó constancia de otros abusos, pero de índole sexual.
“Ella hacía comentarios de que era buena en la cama y que las chicas más jóvenes con quienes había salido le halagaban sus cualidades sexuales (...) sólo atiné a decirle que los comentarios estaban fuera de lugar y del contexto laboral, y que mi mamá tenía su misma edad”, expone C.E.
La denuncia, estableció el diario nacional, se encuentra en un punto muerto en el partido, del cual la joven acusadora también es militante, considerando que hasta ahora se ha enfrentado a una serie de trámites administrativos que han impedido avanzar en la investigación.
“Primero, le ofrecieron una mediación asistida, mediante la cual obtendría una disculpa, lo que su abogada desestimó, pues persiguen sanciones. Luego, el reglamento de RD estima que se debe hacer una presentación mediante ‘acusadores’, quienes se dedican a investigar los hechos para llegar a un veredicto. Sin embargo, en dos ocasiones no se encontraron voluntarios que quisieran hacerlo, bajo el argumento de las próximas elecciones y de que ‘es una labor poco reconocida, que requiere demasiado tiempo de trabajo voluntario y en ocasiones muy ingrato’, le respondieron por correo electrónico”, cuenta La Tercera.
“Lamentablemente, por las elecciones y porque todos quieren estar en campaña, este proceso se ha demorado. No hay acusantes, que vendrían a ser algo así como la figura de un fiscal en el Poder Judicial. Por reglamento tampoco podemos obligar a un militante a que lo haga y eso es lo que le hemos explicado a la denunciante. Por eso, ahora le estamos pidiendo que presente el relato de testigos por escrito”, explicó Andrea Barriga, presidenta del Tribunal Metropolitano de Revolución Democrática.