Seis días después de que venciera el llamado para inscribir a los vicepresidentes adjuntos de la Mesa de la Convención, los representantes de derecha lograron ponerse de acuerdo y reunir las 24 firmas que se requerían para asegurar a uno “de los suyos” en la cabeza del organismo.
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Tras críticas cruzadas y “vetos”, Raúl Celis (RN), en dupla con Geoconda Navarrete, ocuparán uno de los cupos, con el patrocinio de 15 representantes del bloque IND-RN-Evópoli, 5 de la Lista de Apruebo y 4 de la UDI.
Pero les costó ya que entendiendo que en la primera etapa fue un UDI el que estuvo en la vicepresidencia adjunta, el bloque liderado por RN estimó que ahora les tocaba a ellos. Además, varios habían quedado disconformes con la forma en que sus aliados “impusieron” a Rodrigo Álvarez.
Así las cosas, intentaron levantar a Cristián Monckeberg, pero las firmas no alcanzaron y la UDI se negó a apoyarlo. Algunos, porque nos les gusta su forma de llevar las cosas, lo que vieron cuando fue ministro y presidente de RN, y otros, porque primero buscaron apoyo por fuera.
Entrampados, Hernán Larraín Matte habría sincerado sus intenciones, y tras negociaciones, la UDI sí quiso apoyarlo, pero RN se molestó.
Y luego de tiras y afloja, se llegó al acuerdo de que Celis estuviera en el cargo tres meses y luego diera paso al expresidente de Evópoli, para que completara los tres meses restantes.
“Superado el incidente, tenemos que mirar los próximos seis meses de trabajo de fondo. En eso, espero que mejoremos la articulación entre las bancadas de la centroderecha”, comentó al respecto Ruggero Cozzi.
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“Valoro que hayamos encontrado un camino que cuide la unidad del sector y que, a su vez, le permita a Evópoli colaborar desde la mesa a que la Constituyente logre cumplir con su misión”, manifestó Larraín Matte.
Por su parte, Monckeberg enfatizó en que “el desafío es lograr un proyecto de Constitución que interprete a una gran mayoría. No nos quedemos pegados en diferencias sin sentido”.
Pero desde la otra vereda, y junto con desearle una buena gestión a Celis, Katerine Montealegre sostuvo: “El show de RN es una muestra de la vieja política que buscamos erradicar. Las personas están aburridas de este tipo de shows y de que los partidos estén más preocupados por cuotas de poder”.
Las palabras de la representante coinciden con las expresiones que tuvieron Constanza Hube, Arturo Zúñiga y Eduardo Cretton para abordar la disputa; sin embargo, desde RN insisten en que ha sido la UDI la que se ha mantenido en la lógica de la “vieja política”, pues serían ellos los que impiden que el bloque pueda llegar a acuerdo con otras fuerzas dentro del organismo.
Por lo mismo, no son pocos los que coincidieron en que la división que hoy tienen, en cuatro grupos, debió estar desde un principio, porque, por lo demás, les es útil para llegar a consensos.
En el marco de las comisiones no tienen mayores problemas, pero aparecer todos juntos les genera problemas para relacionarse con independientes de izquierda, socialistas y del Frente Amplio.
Así, estar divididos en bloques claramente identificables, aseveraron, les facilita las conversaciones, porque para sus pares de oposición no es lo mismo llegar a consensos con personeros de RN que de la UDI, aunque tengan planteamientos muy similares.
En lo que viene, en RN y Evópoli saben que necesariamente tienen que limar las asperezas que dejó el asunto de la vicepresidencia, para así reencauzar el diálogo con la UDI, y que en el tiempo que les queda, apuntaron, puedan mantener sus diferencias más en reserva.
Raúl Celis: “Hay que acercar las relaciones, especialmente con la UDI”
¿Cómo asume el desafío de llegar a la mesa?
Agradezco que la UDI haya permitido inscribir esta vicepresidencia adjunta y también a la Lista del Apruebo, lo que estimo una señal muy positiva. Mi ánimo es poder ponerme a disposición de la presidenta y del vicepresidente para las tareas que estimen necesarias.
¿Cómo se debe articular la derecha?
La principal tarea es redactar la nueva Constitución, pero también tenemos pendiente mejorar las coordinaciones internas al interior de Vamos por Chile; es uno de los grandes puntos pendientes. Espero que en los próximos meses, cuando se voten las normas constitucionales, actuemos con mucha unidad, que sí tenemos en las comisiones. Pero hay que tratar de acercar de la mejor manera posible las relaciones, especialmente con la UDI.
¿Les cuesta entender que tienen que dialogar con otras fuerzas?
No tiene sentido quedarse encerrado en los 37, porque no vamos a tener ningún grado de influencia. Hay que buscar las mayorías y eso nos obliga a acercarnos a la Lista del Apruebo, a los exINN e incluso al PS.