Los agujeros negros son hasta ahora, los fenómenos que encierran el mayor misterio del universo entero. Décadas de investigación sobre estos lejanos eventos en el cosmos han revelado algunas características para conocerlos mejor. Sin embargo, es común encontrar en los últimos años nueva información que se regrese a revisar las teorías.
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Un concepto muy generalizado, se conoce que los agujeros negros son los mayores consumidores de cualquier tipo de materia en el universo. “Nada escapa de ellos, ni la luz”, dicen las teorías. Por tal motivo es casi imposible ver alguno de estos eventos a través de los observatorios espaciales.
De hecho, los agujeros negros que han sido detectados, se han identificado por descarte. Los científicos señalan elementos que sobrevivieron en sus alrededores y así logran conocer sus tamaños (millones de años luz de distancia). Además, por las ubicaciones y los cálculos, se teoriza que los agujeros negros nacen producto de la muerte de una estrella supermasiva que implosionó para convertirse en supernova.
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Entonces, de esta manera, la característica principal de ellos es que nada que ingrese en su radio de acción sobrevive o al menos se convierte en indetectable por los radares terrestres, es decir, traga todo lo que se le acerque.
Agujero negro inusual
No obstante, hay datos del viejo telescopio espacial Hubble, que indican un inusual o inédito agujero negro que, en lugar de tragarse a las estrellas cercanas, es un colaborador de la formación de nuevas estrellas masivas.
De acuerdo con la información que publica Slash Gear, medio que cita datos oficiales de Hubble, este extraño agujero negro se encuentra en una pequeña galaxia, de las conocidas como enanas, llamada Henize 2-10. Específicamente está a unos 30 millones de años luz de la Tierra, en la constelación de Pyxis.
Lo primero para resaltar de este agujero negro es que respeta la primera teoría sobre estos fenómenos: se posa en el centro de su galaxia.
El agujero de gusano ya había sido detectado hace años y el comportamiento inusual ya contaba con la atención de la ciencia que debatía sobre su extraña conducta. Pero no había datos para certificar lo que algunos expertos decían sobre su colaboración en la formación de nuevas estrellas.
Y precisamente fue eso lo que encontraron con la información recopilada por Hubble.
“Desde el principio supe que algo inusual y especial estaba sucediendo en Henize 2-10, y ahora Hubble ha proporcionado una imagen muy clara de la conexión entre el agujero negro y una región vecina de formación estelar ubicada a 230 años luz del agujero negro”, dijo Amy Reines, autora del informe que habla de este agujero negro.
El estudio, publicado en la página oficial del Hubble, fue presentado ante la comunidad científica a través de la revista especializada, Nature.
Reines y su equipo científico explica que el inusual comportamiento el agujero negro ocurre porque el mismo tiene una salida de gas, es decir, un escape. La explicación de esto que pareciera una contradicción es aclarado por el equipo de la profesora Reines, señalando que la materia que absorbe este evento cósmico se podría expulsar de alguna manera y así formar una especie de corriente eyectada hacia las afueras del mismo agujero.
En consecuencia, esta expulsión de material gaseoso que se desata a sorprendentes velocidades capaces de alcanzar hasta un millón de 600 mil kilómetros por hora, golpea a una nube de gas externa que ya estaba trabajando para formar estrellas.
Entonces, el proceso del agujero negro acelera el crecimiento de la población estelar en esta región.