La alcaldesa de San Miguel, Érika Martínez, no ocultó su desazón tras enterarse de la decisión del Presidente electo Gabriel Boric de no fijar residencia en esa comuna, tal y como plantearon el futuro mandatario y su entorno más cercano como señal de conexión con las necesidades de los sectores medios.
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La edil, correligionaria de Boric en Convergencia Social, explicó que la decisión, adoptada por cuestiones de seguridad, viene a ser un portazo para un sinnúmero de comunas que no pertenecen al sector oriente. “El problema que tuvo el presidente electo para llegar a San Miguel es que la Presidencia tiene exigencias muy difíciles de cumplir para la elección de su domicilio”, declaró Martínez, según El Mercurio.
Entre las exigencias, Martínez recordó que no deben existir edificios a 100 metros a la redonda, “que tengan dos salidas en calles paralelas o incluso garitas de seguridad en su interior. Este tipo de viviendas existen casi exclusivamente en el sector oriente de la capital”, añadió. A su juicio, esta decisión les deja la sensación de que “el sector sur vuelve a ser segregado”.
La alcaldesa de San Miguel declaró haber estado muy ilusionada con la posibilidad de tener al Presidente electo como vecino. “Quería, pero hay temas de seguridad en las casas. Estamos buscando todavía”, declaró el propio Boric, echando por tierra esa opción. “No hemos encontrado (casa). Quizás tenga que ser en otra comuna”, agregó.