Bélgica dio el ejemplo para todo el mundo, al pactar concentrar en cuatro días la jornada laboral de trabajo, sin que esto suponga una reducción de las horas que se trabajan semanalmente.
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El gobierno de ese país busca una mejor relación de la vida laboral y familiar, dejando abierta esta posibilidad para los trabajadores.
Además, el empleado tendrá a su disposición, trabajar menos durante una semana y compensarlo con más tiempo en la siguiente.
Importante señalar que el trabajador debe solicitar este funcionamiento y de acuerdo al ministro de Economía y Trabajo, Pierre-Yves Dermagne , “el empleador deberá justificar la negativa”.
La propuesta establece que si existe un acuerdo entre ambas partes, tendrá una vigencia de seis meses.