“En 1973 se realizó la primera actividad pública pidiendo matrimonio igualitario y recién hoy logramos llegar a ese momento”. El dato lo dio Isabel Amor, directora de la Fundación Iguales, tras la ceremonia del primer matrimonio en Chile entre homosexuales, en la Oficina del Registro Civil de Providencia. Es casi medio siglo de espera, si se toma aquella manifestación, aunque también hacía rato, cinco años, que el proyecto había ingresado al Congreso y seis meses desde que el Presidente Piñera le diera urgencia.
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La alegría de Jaime Nazar y Javier Silva, esa primera pareja en recibir la nueva libreta de matrimonio en el país, vio la luz el último día de un gobierrno de derecha. El ministro de Justicia y Derechos Humanos, Hernán Larraín, también presente en el evento, explicó que “es la aplicación de una iniciativa que presentara la Presidenta Bachelet, acompañada con mucha fuerza por la sociedad civil, representada por la Fundación Iguales y el Movilh principalmente, y que el Presidente Sebastián Piñera impulsó con mucha fuerza”.
La nueva libreta de familia cambia a un color violeta, y en el interior se puede leer el texto de la nueva ley; los términos madre y padre se eliminaron y ahora dice progenitores; mientras que marido y mujer se cambió por cónyuge 1 y cónyuge 2. El orden de los apellidos quedan a elección, mientras que en filiación se puede detallar si hubo técnica de reproducción asistida o acto jurídico de reconocimiento.
El Registro Civil informó que ya hay 14 mil horas para este tipo de matrimonios agendados y que debido a la demanda, abrieorn 3 mil más ahora en marzo. Asimismo, reveló que el 60% de las solicitudes las hicieron mujeres.
Javier Silva, integrante de la primera pareja gay en casarse, contó que con Jorge consideraron la idea de contraer matrimonio en el extranjero, “donde sí se reconocieran los derechos de las familias. Por eso este es un paso importantísimo para Chile, es el inicio de un país que empieza a trabajar la igualdad desde otro punto de vista”.
La primera pareja de mujeres fue la de Pabla Heuser y Consuelo Morales, quien se refirió al tema que más movilizaba a las minorías para conseguir la igualdad: los derechos de los hijos. “Con la aprobación del matrimonio igualitario llega un sinfín de derechos, de filiación, tanto para las parejas que quieren casarse, como las que no. Reconoce que todos los niños tienen los mismos derechos, se acaban los nuevos hijos ilegítimos del Siglo XXI”, dijo.
Sobre el tema ahondó Ramón Gómez, director de DD.HH. del Movilh. “Con la filiación y adopción homoparental, terminan de raíz los más brutales, absurdos y antiguos prejuicios que pesaban sobre las parejas del mismo sexo, al ser vistas como un peligro para los niños y niñas solo a partir de creencias fundamentalistas”.
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Gómez tiene una relación de 22 años con Gonzalo Velásquez, coautores del cuento Nicolás tiene dos Papás y también de la demanda al Estado de Chile ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos porque no se les permitía casarse. Ellos acudieron en 2016 y 2019 a la oficina de Santiago a pedir hora y en ambas se les rechazó; ayer, se dieron el gusto de ir a la misma repartición para solicitar la reserva. Esta vez fue diferente.
Más allá de la felicidad, Gómez señaló que el mayor desafío que resta es “derogar la última ley explícitamente homofóbica, el artículo 365 del Código Penal, que establece una edad de consentimiento sexual distinta, para homosexuales, de 18 años, y para heterosexuales, de 14″. Hace seis años, Chile se comprometió ante la ONU a derogarlo, pero no ha ocurrido.
Tal vez pase en el nuevo gobierno. Gabriel Boric felicitó ayer a las parejas vía Twitter y adelantó: “A seguir avanzando por un Chile con igualdad de derechos y libertades para todas las personas”.