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Sin ayuda estatal, la parafina seguirá siendo tan cara como la bencina

Mepco. El kerosene no es parte del sistema que amortigua las alzas del precio de los combustibles. Piden que sea integrado.

El alza en el precio de los combustibles que se ha hecho ya costumbre, en especial desde que comenzó la invasión rusa a Ucrania, ha convertido en protagonista a un actor secundario, la parafina.

El tradicional elemento clave para la calefacción de buena parte de la población desde siempre ha mostrado números considerablemente más bajos que el de las bencinas en las estaciones de servicio, pero ahora están a la par. ¿Cómo es posible que un litro de parafina cueste más de mil pesos y cómo es que valga casi lo mismo que un producto más caro de producir?

Es un fenómeno chileno. Primero, los combustibles en el mundo han subido enormemente su valor, en especial, por la guerra en Ucrania. Eso explica el alza de la parafina y el aumento de precio también de las bencinas, pero que no se ve reflejado en los surtidores, porque en Chile se aplica un “colchón”, llamado Mepco (Mecanismo de Estabilización del Precio de los Combustibles) con el que el Estado paga parte de ese precio.

Según explicaba el lunes el ministro de Hacienda, Mario Marcel, a la Comisión de Hacienda de la Cámara de Diputados, la bencina podría ser fácilmente 300 pesos más cara por litro.

Pero ese subsidio sólo incluye a los combustibles vehiculares. Eso es lo que explica que el aumento de costo de la parafina se refleje todo en el precio al consumidor.

“El precio de las gasolinas sin un mecanismo de estabilización sería mucho más alto que el que tiene hoy. Antes de la guerra, a las gasolinas se les estaba rebajando el impuesto específico en 130 pesos por litro solo por efecto del Mepco. Hoy es de hasta $ 170, porque está súper volátil el precio”, explica la experta en combustibles Michèle Labbé, economista jefe de Dominus.

“El precio de la parafina sí está reflejando el verdadero costo, incluyendo el efecto del tipo de cambio”, agrega Labbé, en referencia al alto precio del dólar en las últimas semanas, la moneda con que se paga el crudo.

La parafina se rige por otra herramienta, el FEPP (Fondo de Estabilización del Precio del Petróleo), por lo tanto, “esa sería materia de otra iniciativa”, como aclaró ayer el ministro Marcel, tras su primera visita al Congreso, en la jornada en que la Cámara aprobó el aumento del fondo del Mepco de USD 750 millones a USD 1.500 millones, pues la plata se estaba acabando, según explicó.

La idea de inyectarle recursos al FEPP fue tocada en la reunión con la Comisión de Hacienda, en la que se propuso buscar un mecanismo para que los precios no suban.

Buscan evitar alzas en gas y tarifas del transporte

No solo la parafina está cara; también ha subido mucho el precio del gas licuado, un producto que también se utilizará para calefaccionar las casas en el invierno, pero que en rigor se usa para tener agua caliente y cocinar todo el año.

También enciende las alarmas de las autoridades este producto, así como la tarifa del transporte público, consecuencia de los altos precios de los combustibles. El gas, así como la parafina, no se rige por el Mepco (ver nota principal), por lo que necesita también una iniciativa aparte.

Efectivamente, durante el fin de semana aparecieron las primeras voces para incluir el gas licuado -y la parafina- en el Mepco. Al respecto, el ministro de Hacienda, Mario Marcel, ahondó en el tema y explicó que “nos comprometimos a trabajar en este tema en la Comsión de Hacienda. No queremos que afecte las tarifas de la locomoción colectiva la situacion internacional. Vamos a resolver y encontrar los mecanismos más idóneos durante abril, antes de que llegue el invierno. La idea es evitar que el impacto de los precios del petróleo por la invasion a Ucrania llegue a los bolsillos, especialmente los de menores recursos”.

Justo ayer, el alcalde de La Florida, Rodolfo Carter, recordaba otra arista del tema del gas e hizo “un llamado al Presidente Gabriel Boric para que cumpla su promesa de campaña y permita que las municipalidades puedan distribuir gas a precio justo a las familias más vulnerables. Sabemos que sólo lleva 10 días gobernando, pero los compromisos se deben cumplir”.

El propio Marcel no ha querido comprometer ayuda para este mercado hasta que se resuelvan las acusaciones de colusión. “Debemos estar seguros de que el eventual aporte no sea absorbido por empresas que estén incurriendo en algún tipo de colusión”, dijo el ministro.

En La Moneda probablemente no olviden que el estallido social de 2019 se inició con el anuncio del aumento de la tarifa del transporte público. Por eso, seguramente buscarán evitar que en pleno invierno el precio del elemento que calefacciona a buena parte de los chilenos esté a mil pesos.

Sin duda, un precio que deberá pagar el gobierno entrante, señala Mario Herrera, académico de Administración Pública del Campus Santiago de la U. de Talca. “Boric tiene que conciliar dos posturas. Por un lado, la de aumentar el impuesto específico, tal como lo señala su propio programa de gobierno, con el fin de aumentar la recaudación y financiar, en parte, su programa de gobierno. Por otro lado, debe hacerse cargo como Presidente del aumento del costo de la vida derivado del aumento de los combustibles”.

Como indica el académico, “las dos alternativas implican un costo político para Boric, ya sea por contradecir su programa o por aumentar el malestar social derivado de un aumento en el costo de la vida”.

“Esta situación será particularmente crítica en los meses de invierno, durante los cuales aumenta el uso de la parafina y el gas”, cierra Herrera.

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