Carlos Caszely habló por primera vez de su vida sin María de los Ángeles Guerra, su compañera por 50 años y quien falleció el pasado 22 de febrero producto del cáncer que padecía.
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En conversación con Las Últimas Noticias, el exgoleador relató la última vez que se tomaron de la mano, pocas horas antes de su partida.
“La Mary me apretó... No sé si por un minuto o por una hora. Pero al poco tiempo, se me fue...”, indicó.
“Ahora entiendo que fue su forma de decirme adiós... Pero aún siento su mano apretada. Se despidió, pero no se ha ido”, afirmó.
Consultado sobre cómo enfrenta el vacío, el ídolo colocolino señaló que “vivo solo en el departamento que compartía con la Mary. Y me despierto y me apena que no esté conmigo. Entonces me voy a la terraza, prendo un cigarro y me tomo un café. Y lloro, porque no puedo creer que ya no está”.
“Es el sufrimiento más grande que he vivido. En la noche lo mismo. A la terraza, con el cigarro y el café. Y pienso, recuerdo...”, expresó.
Respecto a los apoyos que ha recibido, indicó que sus cuatro hijos y sus ocho nietos “todos los días me llaman y a cada rato me preguntan si necesito algo, si ya comí o si quiero que me acompañen. Llegan a ser un poco atosigantes, pero los siento a mi lado”.
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En ese sentido, señaló que ha ido al sicólogo, al siquiatra y que incluso ha conversado con un cura. “Pero la pena no pasa. Y en realidad, sé que viviré con ella. La angustia que hoy siento seguro que pasará. Pero la pena nunca”.
“No podía aceptar que ella me dejara”
Consultado si ha sentido rebeldía y ganas de mandar todo a la punta del cerro, Caszely apuntó que “claro, desde que la Mary enfrentó cáncer por primera vez. No podía aceptar que ella se fuera, que me dejara. Ella era el 95 por ciento de nuestro matrimonio. Era la mamá y también el papá porque yo muchas veces no estuve. No podía aceptar que ella me dejara”.
“Le decía a la Mary que si ella se iba yo quería irme con ella. Y me decía que yo era un egoísta por decirle eso”, aseveró.
“Porque yo debía pensar en nuestros hijos, en nuestros nietos, que ellos no podrían enfrentar la pena. Me sentí como el jamón del sándwich. Como que me vino la necesidad de estar con ella pero también con mis hijos y nietos”, expresó.
Por último, respecto a la posibilidad de rehacer su vida en pareja, Caszely afirmó que “cero opción”.
“Es que fueron 50 años, lo mejor que me dio la vida. Lo mejor...”, concluyó.