En tragedia terminó la luna de miel del fiscal paraguayo, Marcelo Pecci, y su esposa embarazada, Claudia Aguilera. Los recién casados, el 30 de abril, estaban disfrutando en la isla caribeña de Barú situada en Cartagena. El mismo día que anunciaron en redes sociales que serían papás, sicarios llegaron en motos acuáticas a la playa y asesinaron al funcionario.
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“El mejor regalo de boda es... la vida acercándote al testimonio más lindo de amor”, escribió la periodista. Acompañó el mensaje una fotografía en la playa, en la que en el primer plano se ven unos zapatos rojos de bebé y en el segundo la pareja vestida de blanco en un abrazo afectuoso con el mar azul de fondo.
Cuatro días antes, Aguilera, había compartido fotografías en compañía de Pecci en planes y sitios turísticos de Cartagena. “Hermosa y vivaz Cartagena”, escribió.
Acompañó la publicación con una fotografía con las tradicionales palenqueras, otra con un grafiti de fondo en Getsemaní, otra en una de las calles del Centro Histórico y dos más disfrutando de “La Heroica” en sus primeros días como una pareja de casados.
Este terrible hecho ha conmocionado a la justicia nacional e internacional, incluso las declaraciones de Aguilera que es periodista. Antes del levantamiento del cuerpo de Pecci, ella declaró al medio paraguayo Monumental AM 1080 y contó cómo fue el asesinato de su esposo: “Llegaron dos hombres en un lancha, se acercaron y le dispararon”, narró.
“Llegaron a la playa privada del hotel (...) No se pudo hacer nada, llegaron y de forma inmediata dispararon, mientras estábamos en la playa; el personal de seguridad no pudo reaccionar”, agregó después.
En la declaración a la prensa también aseguró que su esposo no tenía ninguna amenaza y que no había sufrido ningún atentado en Paraguay.
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“Él no tenía ninguna amenaza, él es fiscal antidrogas en Paraguay, contra el crimen organizado y lavado de dinero. Ninguna amenaza, ningún atentado en Paraguay”, indicó Aguilera.
En otra entrevista, con la revista Semana, la periodista contó que en su luna de miel en Cartagena estaba muy tranquilo horas antes de ser asesinado.
“Ninguna amenaza, estaba tranquilo total... nosotros andábamos sin guardia, no sentimos riesgo de amenaza o venganza, estaba muy tranquilo”, dijo Aguilera.
Señaló que después de los disparos ella no pudo hacer nada y que tampoco el personal de seguridad de la playa privada.
Autoridades de Colombia, Paraguay y Estados Unidos investigan el crimen del fiscal especializado. La Policía de Colombia anunció una recompensa de hasta 2.000 millones de pesos para quien entregue información relacionada con el asesinato del fiscal.