La Convención Constitucional delibera por estos días en la Región de Antofagasta dividida en tres comisiones, pero hay un tema que está haciendo ruido allá en el norte, en Santiago y en Valparaíso y está preocupando a dos de esos grupos, el de Armonización y el de Normas Transitorias: qué dirá la Constitución respecto de su propio proceso de reformas, una vez que esté en vigor (si se aprueba en septiembre).
PUBLICIDAD
El abogado constitucionalista DC Javier Couso ha manifestado en varias entrevistas que el borrador tiene una incoherencia al definir a la Constitución por sobre las leyes, pero a la vez abrir la opción a reformarla con quórums de mayoría simple, como una ley ordinaria.
Armonización aún no se mete en honduras. Ayer visó los cambios ortográficos propuestos por una lingüista y aprobó qué capítulos tendrá el texto, aunque no su orden ni los artículos que cada una contendrá.
Pero deberán asumir este tema, pues aún no resuelven si sus facultades alcanzan para reponer la idea de un quórum de 4/7 para reformas de fondo. “No creo que haya espacio aquí para modificar temas de fondo. Si el quórum de los 4/7 no quedó en Sistema Político, tendrá que ser el día de mañana el Congreso el que haga sus adecuaciones y reformas”, analizó el convencional RN Cristian Monckeberg.
Además, no hay coincidencia sobre el tiempo de espera para que la nueva Carta Magna pueda ser modificada, es decir, si los nuevos quórums deben aguardar para entrar en vigencia, como ha planteado Marcos Barraza (PC).
“No hay ninguna razón para que los quórums tengan que esperar, hay consenso en que una modificación de un texto recién plebiscitado debiera ser sobre algo urgente, un vacío o un problema”, dijo Giorgio Jackson, ministro de la Segpres, quien expuso ante la Comisión de Normas Transitorias.
Jackson opinó que el futuro Congreso debería tener también un plazo para legislar sobre la puesta en marcha de la Constitución, por ejemplo, el nuevo sistema de Salud, y que si no avanza, “podría hacerse hasta por vía de decreto”.
PUBLICIDAD
SOLO TRES PREGUNTAS
Jorge Alessandri, Diputado de la bancada UDI, miembro de la Comisión de Constitución, Legislación, Justicia y Reglamento de la Cámara.
“Un quórum supramayoritario es una protección a las minorías y evita que la mayoría arrase”
¿Cómo valora las normas que se refieren a la propia Constitución en el borrador? Estamos estudiando las normas. Hay una Comisión de Armonización que, como se ha dicho, no tiene lápiz ni goma, sino solo destacador. Ordena, pone títulos, pone orden y por lo que vemos hasta ahora, hay muchas cosas que son los ciudadanos los que nos dicen que les molestan. Esta versión, ahora, de que todo va a depender de las normas transitorias, no soluciona el problema, porque si una solución es mala, nos demoramos más o menos, pero nos caemos al precipicio igual.
¿Es incoherente o no habría problema que pueda reformarse la Constitución con quórums simples? Los quórums supramayoritarios son importantes, son una protección, más que nada, a las minorías, a la que no le tocó gobernar en un período determinado y son un seguro para que el que ganó la mayoría circunstancial no pueda arrasar con todo. Que todo se cambie por quórum simple significa que se decide el rumbo del país cada cuatro años, dependiendo de la mayoría circunstancial y eso produce, primero, cambios muy drásticos, y, segundo, poca estabilidad en el país, en las reglas del juego, en las normas que nos rigen, en lo que miran desde el extranjero para invertir en el país o un chileno cuando se arriesga y toma un crédito hipotecario o inicia un proyecto personal.
¿Es negativo tener constituciones fácilmente reformables? Las constituciones, como son la Carta Magna, la ley más importante, debieran tener mucha estabilidad. Y ser flexibles también, por eso son generales, no entran al detalle, se adaptan a las circunstancias, son posibles de reformar, pero para eso, se necesita un quórum especial, más alto. Eso es lo que le da estabilidad y permite que sean mayorías muy amplias las que hagan cambios. La Constitución nueva dice que la forma de gobierno es casi intocable, irreformable, pero todo el resto es por mayoría simple. Los dos van por el camino equivocado: una forma de gobierno asimétrico, con una Cámara plurinacional, muy fuerte, un Senado prácticamente inexistente, muchas autonomías, pero sin claridad de cómo se van a financiar... Simplificar eso parece una regla de países inestables, cortoplacistas, que van cambiando el rumbo y no atraen inversión ni desarrollo a largo plazo.