El sacerdote jesuita Felipe Berríos se autodenunció ante la Fiscalía Metropolitana Sur y solicitó al Ministerio Público iniciar la investigación en su contra por las denuncias de presunto abuso sexual.
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Durante los primeros días de mayo, La Compañía de Jesús informó sobre la apertura de una investigación luego de recibir una denuncia por abuso sexual por parte de una mujer, quien habría sido menor de edad al momento de los hechos. Esto motivó, además, la suspensión de su sacerdocio.
Fue a través de una carta que Berríos señaló que su decisión se debe a que la denuncia presentada en su contra fue a través de la Iglesia y no ante Fiscalía, por lo que será sometido a un proceso canónico que “se debe mantener en estricto secreto”.
“La opinión pública no sabe de qué se me acusa, y tampoco puede hacerse un juicio respecto a la verosimilitud de la denuncia ni a las decisiones que por esta vía se adoptarán”, agregó.
“Quiero que se me investigue al igual que cualquier ciudadano de este país y para ello y en vista de que la denunciante no ha recurrido a la justicia, hoy ingresé un escrito ante el Ministerio Público solicitando que se inicie una investigación sobre los hechos descritos en la denuncia así como también respecto de lo publicado en algunos medios de comunicación, que indican que habría otras denuncias, las que a la fecha desconozco y no me han sido informadas”, sostuvo Berríos.
Además, entregó una pequeña versión de lo ocurrido, asegurando que “los hechos que se me imputan en la única denuncia que conozco no son ciertos y aspiro a que se conozca públicamente la verdad”.
“Quiero tener la posibilidad de poder defenderme ante el Ministerio Público y los tribunales en la forma más transparente posible”, agregó.
Asimismo, señaló que espera que “toda información que se divulgue sea pública, abierta, transparente y, sobre todo, respetuosa de la verdad”.