Estudio: descubren microbio que responde a la evolución de la vida en la Tierra

Un microbio devorador de microbios muestra como pudo surgir el primer antepasado de las especies vivas de nuestro planeta.

Un equipo científico del Instituto de Ciencia Carnegie en Estados Unidos, publicó los resultados de un estudio que determina la aparición de la célula donde inició toda creación de la Tierra.

Se trata del microbio acuático Paulinella micropora, un organismo que es el resultado de la unión de una ameba que devoró a una cianobacteria, un microbio capaz de hacer fotosíntesis.

Según la investigación, este tipo de endosimbiosis solo se ha producido dos veces en toda la historia de la evolución. Una sucedió hace 1.500 millones de años y dio lugar a los cloroplastos que aportan energía a todas las plantas. La segunda es la de Paulinella, que pasó hace apenas 120 millones de años. Esto la convierte en una fósil viviente. Muchas de las huellas borradas por la evolución en otros organismos siguen visibles en esta ameba.

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Detalles del estudio

La investigación encabezada por la científica española, Victoria Calatrava, el fenómeno que expuesto en su investigación se conoce como retrotransposición, aquel en el que los genes de la bacteria fotosintética saltan fuera de ella y se incorporan al genoma de la ameba que la hospeda.

“Este proceso permitió a este microorganismo ser más eficiente y tolerar compuestos tóxicos procedentes de la fotosíntesis”, indica la autora de la investigación publicada en la revista PNAS e la Academia Nacional de Ciencias de Estados Unidos.

“Ambos se benefician de la existencia del otro pero son completamente dependientes. No creo que se trate de una relación cooperativa en la que ambos salen ganando la partida; más bien pienso que no les quedaba más remedio que mantenerse vivos el uno al otro para no extinguirse”, destaca la científica española.

“Nuestros resultados sugieren que este mecanismo ha sido crucial para la domesticación de genes extranjeros en el contexto de la endosimbiosis y parece muy probable que haya sido clave para la estabilización de endosimbiontes y la evolución de orgánulos en otros sistemas”, resalta Calatrava.

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