San Pedro de Atacama es uno de los destinos turísticos de Chile que más visitantes recibe durante todo el año. Tanto extranjeros como nacionales llegan a esta comuna de la Región de Antofagasta, principalmente atraídos por sus siniguales bellezas naturales.
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El Valle de la Luna, las lagunas de Baltinache o las Termas de Puritama, entre otros, sobresalen entre sus principales atractivos. Publimetro pudo disfrutar de todo ello -y mucho más-, en un viaje junto a Vive Chile, Chile es Tuyo y un grupo de influencers, con el objetivo de promocionar las maravillas de este destino. Y estas líneas, en específico, son para hablar de una arista fundamental de cualquier viaje: comida y bebestibles.
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Para visitar San Pedro de Atacama se recomiendan por lo menos cuatro días, y así poder disfrutar sus principales atractivos. Dadas las grandes distancias entre los principales puntos de interés, la altitud de la zona y el desgaste físico que implican algunas aventuras -como recorrer el Valle del Arcoiris-, bien vale dejarle un buen espacio a aquellos momentos donde la comida y la bedida son protagonistas.
A continuación, algunos imperdibles de San Pedro de Atacama:
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Dirección: Caracoles 211
Destaca por una amplia carta que combina recetas de distintos lugares del mundo con sabores propios de la zona. “Más que especialidad, nosotros trabajamos con productos de proximidad, como la quinoa y preparaciones con arrope de chañar”, cuenta Víctor Bertini, administrador del local.
Entre los platos recomendados, sobresalen el “Lomo rústico” ($17.000), que es un vetado acompañado con pastelera de choclo y un ají relleno de morcilla, o la “Merluza austral mantequill acalamar” ($16.000), que va con habas salteadas, jamón serrano y cebolla asada.
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La Casona
Dirección: Caracoles 195
Ideal para ir en las noches y disfrutar de una velada con música en vivo, calefacción con chimenea y una cocina de autor en la que destacan clásicos como el pastel de choclo ($13.900 con carne y $9.900 versión vegana) o la plateada al jugo ($14.900) cocinada durante tres horas, acompañda de pastelera.
Pero si se quiere ir por algo con mayor sello local, la opción es el trigotto, un rissotto que reemplaza el arroz por un mix entre trigo mote y quinoa. Puede ser con camarones ($13.990) o verduras ($12.900).

El Diablillo
Dirección: Gustavo Le Paige 502
Aquí se disfruta de un San Pedro de Atacama escencialmente local. Ada y Gustavo son un matrimonio licanantay-mapuche que poco antes del inicio de la pandemia se instalaron con un restaurant que atrae por tanto su gastronomía y propuesta cultural.
Recetas locales y música andina en vivo le han permitido a este local convertirse en un espacio de reunión del pueblo licantay, pero al mismo tiempo un espacio que atrae a turistas. Entre sus especialidades destacan la carne de llama a la grilla con dos agregados más una copa de vino ($18.000) o el tabulé de quinoa ($10.000).

Las Delicias de Carmen
Dirección: Calama 370
Si uno pregunta por las calles del pueblo dónde comer algo con absoluto sello local y a buen precio, el nombre que más se repite es el de este acogedor restaurant atendido por su propia dueña.
Había que hacer caso y fuimos. Nos atendió la mismísima Carmen y de entrada nos advirtió que sus preparaciones son contundentes. Y vaya que es cierto. Además, todos los platos, que van desde los $3.500 (legumbres del día), incluyen ensalada y postre. Si come carne, aquí es casi una obligación probar la pataska (6.500), una tradicional sopa altiplánica elaborada con vacuno, cerdo y maíz, entre otros ingredientes.

Café Rural
Dirección: Tocopilla 406
Su carta ofrece una potente fusión entre la gastronomía chilena y colombiana, agregando también elementos de la cocina de Bolivia, Perú y Puerto Rico. Junto con ello, destaca por su buen ambiente en las noches, con música electrónica a cargo del DJ invitado de turno.
“Tenemos diferentes tipos de tablas, algunas con ingredientes colombianos como el plátano, que se fusiona productos chilenos como lomo, papas, camarones, reineta o salmón”, destaca Alexanda Sánchez, co-administradora del local. Aquí se debe probar el pisco sour macerado con rica-rica ($6.000), un arbusto aromático y endémico del altiplano andino. Por el mismo precio, está en versiones con hoja de coca o ají verde.

Rincón de Sal
Dirección: Caracoles 218
Uno de los más nuevos de San Pedro de Atacama. Este local quedó sin arrendatarios en pandemia, lo que fue aprovechado por Felipe Villarroel y su socio para concretar el sueño de instalar una sanguchería vegetariana en Caracoles, arteria principal del pueblo.
“Toda la carta la encuentras en versión normal y version vegetariana. Además, las opciones vegetarianas aumentan mucho más con nuestra oferta de jugo prensado y asaí”, comenta Villarroel. Destacados: la hamburguesa “Not spicy caracoles” ($11.000) y el “Jugo arcoríris” ($3.500).
