Como si se tratase de una película, una pareja de ladrones especializados pretendía seguir escapando de la policía pero esta semana quedaron tras las rejas.
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Sucedió en la frontera de Croacia, donde un alerta internacional dio con la mexicana Priscila Lara Guevara y con el rumano Constantín Gabriel Dumitru, quienes están a la orden de la justicia española.
Los buscaban ferozmente por toda Europa, donde habían dejado rastros muy precisos. El rumano de 47 años había robado costosas botellas de vino en diferentes lugares, incluso unas en el Dutty Free del aeropuerto de Ginebra.
Para más, su acompañante, una ex reina de belleza de 28 años, usaba una carta de identidad suiza falsa con el nombre de Mirka Golubic y se ponía una peluca y gafas de sol. Lo cierto es que la modelo era realmente Priscila Lara Guevara, quien en el año 2016 fue Miss Earth Estado de México.
Estudiaron el robo
Priscila y Constantín estudiaron bien el robo millonario por el que rendirán cuentas a la justicia española. Sabían que en el mercado de los vinos hay piezas únicas que pueden ser valoradas en términos de miles de euros.
En esta ocasión eligieron asaltar la bodega del exclusivo restaurante Atrio en Cáceres. De allí, durante una madrugada y sin hacer ruido, se llevaron 45 botellas de vino de alta gama que alcanzan un precio total de 1.6 millones de euros (equivalente a 33.5 millones de pesos mexicanos), citó Proceso.
Parte del plan era asistir varias veces al refinado lugar, de hecho el año pasado cenaron en el sitio, sabiendo que una cena promedio cuesta unos 200 euros, ya que se trata de un lugar bastante exclusivo, premiado con dos estrellas Michelín.
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El papel de la ex reina
La pareja cenó nuevamente en el sitio y por la madrugada empezó el trabajo de Priscila Lara Guevara. Ella llamó al recepcionista de turno para pedir algo de comer, sabiendo que ya la cocina estaba cerrada.
Temprano, la pareja fue paseada por la bodega de vinos, un recorrido que Atrio hace con mucho orgullo a sus clientes, y en ese paseo, de alguna manera todavía por descubrir, Constantín sustrajo una llave.
El encargado del hotel, sin embargo, accedió a prepararle una ensalada e incluso “algo de postre” también solicitado por la mujer. Esa distracción permitió que el rumano bajara sigilosamente con una mochila y la copia de la llave hasta la bodega.
De allí salió con el cargamento en dos bolsas de mano y la de la espalda. Poco después, ambos hicieron el check out y salieron caminando con el robo.
La policía Nacional informó que entre las botellas robadas destaca una que es única en el mundo, es un Chateau d´ Yquem de 1806, valorada en 310 mil euros, mientras que otros seis vinos son del siglo XIX. “Esas botellas son parte de mi historia personal, de la historia de Atrio, pero también de Cáceres, de sus ciudadanos, de todos los amantes del mundo del vino”, dijo a El País el cocinero Toño Pérez.
Aunque el robo fue casi perfecto, las cámaras de seguridad permitieron identificarlos. La policía española afirmó que el hombre y la mujer demostraron “estar altamente especializados y con experiencia al realizar el robo con una planificación milimétrica”, citó el medio.
No fue fácil atraparlos por “su alta movilidad e itinerancia”, pero finalmente fueron localizados entrando en Croacia desde Montenegro por el puesto fronterizo de Karasovi Sutorina, precisó la policía.
Lo más triste de todo el caso es que todavía nada se sabe de las costosas botellas que se robaron.
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