Tras casi 70 años en la pantalla, Gina Lollobrigida pudo institucionalizarse en el cine clásico que siempre la valoró más por su exuberante belleza que por la vigencia de su notable trayectoria. Protagonista de cintas resonantes de aquella época de fulgor, como fueron La Mujer de Paja, Tuya en Septiembre, El Jorobado de Notre Dame, Salomon y la Reina de Saba y Pan, Amor y Fantasía, hoy a los 95 pretende revitalizarse postulando al Senado italiano en las elecciones del 25 de septiembre. L a “Magioratta” –apodo que responde a su proverbial sensualidad y voluptuosidad- ya tuvo un intento fallido en la política, pero ahora representará al conglomerado “Italia Soberana y Popular”, aliado del PC y el PS italianos.
PUBLICIDAD
Sin embargo, la coyuntura no parece afortunada para la actriz, quien se encuentra envuelta en conflictos judiciales con su único hijo, Milko Skofic, y su nieto, Dimitri, por la administración de su fortuna: ambos acusan al secretario de la diva, Andrea Piazzolla, de derrochar su patrimonio aprovechándose de su “condición sicológica”.
La Magioratta, de bella a loca...
Mientras tanto, su abogado Antonio Ingroia –quien, de paso, patrocina su candidatura- intenta en tribunales devolverle la plena potestad de su riqueza. Su defensor ante la justicia garantiza que “en su lucidez, Gina siempre ha sido una embajadora de Italia en el mundo, de la paz”, desdeñando las acusaciones sobre una incapacidad por eventual demencia senil.
Gina dará la pelea en ambos frentes y así lo aseguró al Corriere Dellasera: “Los políticos discuten entre ellos sin llegar nunca a ningún lado y en tanto tenga energía la utilizaré para cosas importantes de mi país”. En todo caso, en la elección anterior sumó sólo 10 mil votos, aunque obtuvo una designación como embajadora de la FAO. Ahora confía en llegar al Congreso y, si resulta elegida, luchará “para que el pueblo decida, desde la sanidad hasta la justicia. Italia está mal, quiero hacer algo bueno y positivo”.
Asimismo, la eterna Gina se declara admiradora de Indira Gandhi, asesinada en 1984, y a “quien veía cada vez que venía a Roma. Era una mujer extraordinaria”. Como sea, los italianos decidirán, al fin, si la diva de Hollywood y Cinecittá aún puede representar un papel en la democracia…
<i><b>“Lucharé para que el pueblo italiano decida desde la sanidad hasta la justicia. Italia está mal, quiero hacer algo bueno y positivo...”</b></i>