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Fui vocal y mi papá mi presidente de mesa: crónica de un Plebiscito

“Las personas que llegaban a votar a nuestra mesa, al saber que éramos padre e hija no lo podían creer”, cuenta Tatiana Figueroa.

Tatiana Figueroa fue vocal de mesa con su papá
Tatiana Figueroa Foto cedida de Tatiana Figueroa

El 4 de septiembre de 2022 fue una fecha importante para Chile, puesto que se votaría por aprobar o rechazar el proyecto de una nueva Constitución.

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He sido elegida vocal de mesa tres veces seguidas...o cuatro... y este cuatro de septiembre no fue la excepción. Me enteré la noche del 13 de agosto, cuando el Servel había publicado la lista de vocales de mesa, no lo podía creer. Al mismo tiempo, revisé donde les tocaba votar a mis papás. Al ver el RUT de mi papá nos dimos cuenta de la coincidencia más llamativa: ¡ambos seríamos vocales en la misma mesa! No lo podíamos creer, puesto que mi papá es mayor de 60 años y no puede ser vocal de forma obligatoria, no obstante accedió para estar juntos.

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Una mañana de confusiones para Chile, puesto que el Gobierno pospuso el cambio de hora para el próximo fin de semana, no obstante los teléfonos cambiaron de hora dejándonos confundidos.

Al inicio de nuestras actividades como vocales, con mi papá estábamos nerviosos porque en cuanto se pudo conformar la mesa empezó a llegar gente. Fueron dos horas, aproximadamente, de mucha tensión, pero nos pudimos organizar.

Las personas que llegaban a votar a nuestra mesa, al saber que éramos padre e hija no lo podían creer.

Finalmente, no podemos dejar de nombrar las anécdotas que se viven al ser vocal de mesa. Por ejemplo, un señor de edad llegó con su hija a votar, el caballero estaba tan emocionado por este proceso, que se echó alcohol gel encima del libro electoral, el que quedó casi estilando. Con mi papá ocupamos casi todo el rollo de toalla de papel para secarlo, pero como él se veía tan contento, lo dejamos pasar.

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Además, un joven estaba muy apurado por lo que votó y salió corriendo dejando su carnet en la mesa y dejando el libro sin firmar, por lo que tuve que salir detrás de él, saliendo del colegio para alcanzarlo.

Sin duda esta experiencia fue única porque pese a todo lo vivido, me sentía apoyada y respaldada por el presidente de mesa, mi papá.

Tatiana Figueroa

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