Una paramédica canadiense nunca olvidará el día martes 15 de noviembre pasado, ya que se enteró de la peor manera que su hija había muerto tras llegar a socorrer un accidente automovilístico en la ciudad de Calgary.
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En el vehículo dañado se encontraba su hija y lo más terrible de la situación es que ella misma le dio los primeros auxilios a la joven de 17 años, quien lucía irreconocible producto de las heridas.
Según consigna la información de Meganoticias, la madre no pudo reconocerla ni siquiera por su vestimenta que se encontraba también dañada. La emergencia ocurrió en una zona alejada del mapa de Canadá, así que la víctima debió ser trasladada en avión para salvarle la vida, pero pese a todos los esfuerzos no fue posible.
“Absolutamente destrozados”
Cuando la paramédico Jayme Erickson volvió a su hogar desde su trabajo, quedó a la espera de que su hija Montana volviera a la casa.
Sin embargo, pasaban las horas y nada se sabía de ella hasta que sonó el timbre. No era la joven, sino la Real Policía Montada de Canadá (RCPM, por sus siglas en inglés).
En ese momento, le comunicaron que la víctima que había atendido horas atrás se trataba de su propia hija, la que había fallecido. En específico, le señalaron que las heridas “no eran compatibles con la vida”, por lo que los médicos la desconectaron del soporte vital.
A través de su cuenta de Facebook, la madre afectada le dedicó una emotiva publicación: “Estamos abrumados por el dolor y absolutamente destrozados. El dolor que estoy sintiendo es como ningún dolor que jamás haya sentido, es indescriptible”.
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“Mi peor pesadilla como paramédico se ha hecho realidad. (...) atendí a la paciente gravemente herida, haciendo lo que pude (...) Mi turno había terminado y me fui a casa. Minutos después de llegar a casa, sonó el timbre. Mi vida cambió para siempre”, continuó relatando Jayme.
“El paciente gravemente herido que acababa de atender, era de mi propia sangre. Mi única hija. Mi mini-yo. Sus heridas eran tan horribles que ni siquiera la reconocí. Me llevaron para ver a mi niña y me informaron que sus lesiones no eran compatibles con la vida”, escribió la madre.
“No puedo evitar estar enojada por el corto tiempo que me dieron con ella. 17 años no fue suficiente. Me quedo preguntando, ¿en qué te habrías convertido, mi niña? ¿Quién habrías sido tú?”, agregó
“Nunca te veré graduarte y cruzar el escenario, nunca te veré casarte, nunca sabré quién habrías sido. Te amo más que a nada en este mundo. Apreciaré los recuerdos que hicimos y el tiempo que pasamos juntos. Me falta un pedazo de mí”, concluye el posteo de Erickson.
“Ella pudo donar sus órganos, y gracias a esto, dos de los órganos que fueron donados salvaron vidas. Estamos muy felices de que nuestra niña viva a través de otros y que, a raíz de esta tragedia, haya salvado a otras personas. Sabemos que es lo que ella hubiera querido y estamos muy orgullosos”, cerró.