En las últimas horas de este jueves 9 de febrero la justicia tomó la determinación de condenar a Kevin Seefried, ciudadano de 53 años que asaltó el Capitolio portando una bandera confederada. Su foto recorrió al mundo y en la brevedad de los hechos se convirtió luego en un símbolo de las protestas que paralizaron por horas a la sociedad estadounidense.
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El castigo impuesto será por tres años, en el cual pagará por cinco cargos derivados de su participación en los disturbios, incluida la obstrucción de un procedimiento oficial: la sesión conjunta del Congreso que estaba trabajando para certificar la votación del Colegio Electoral ese día.
Castigo
El personaje condenado acudió a Washington D.C. a las protestas para apoyar al expresidente de los Estados Unidos, Donald Trump, proveniente del Estado de Delaware y según sus declaraciones horas posteriores a la detención, su intención principal nunca fue entrar en el edificio gubernamental y mucho menos con la bandera mencionada. “Pensé que pararme allí y usar mi voz estaba protegido por la libertad de expresión, pero sé que crucé la línea. Nunca quise enviar un mensaje de odio”.
Sin embargo, su accionar es bastante contradictorio a sus dichos, ya que testigos aseguraron que Seefried fue el primer alborotador en el edificio en interactuar con el ejército que resguardaba las instalaciones y el oficial de policía del Capitolio, Eugene Goodman, indicó haber ordenado a Seefried que abandonara el edificio, pero la respuesta obtenida fueron golpes de su parte con la base del asta de la bandera, gritando la polémica frase: “puedes dispararme, hombre, pero vamos a entrar”, indicaron los fiscales.
Aunque la defensa pedía solo año de prisión, la justicia le dio la razón al gobierno con el pedido de 70 meses como mínimo ante el evento catalogado también como incitación a la violencia. Kevin Seefried fue declarado culpable de los cargos de obstrucción del trabajo del Congreso, el ingreso a un edificio restringido, alteración del orden público y desfile ilegal.
Seefried asistió al motín con su hijo, Hunter, de 24 años, acusado también y ya había sido condenado en octubre a dos años de prisión.
