Ariel Mansilla (55 años) y Ana Salomone (50), pareja de turistas argentinos, sufrieron una traumática experiencia el martes pasado, al ser violentamente asaltados en las afueras del Mall Marina Arauco de Viña del Mar.
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El registro del asalto, que se hizo viral en redes sociales, da cuenta justamente de la violencia de los asaltantes, quienes no parecían tener más de 17 años, según el testimonio del propio Ariel.
En conversación con Las Últimas Noticias, esta pareja de cordobeses relató cómo sucedieron los hechos. Todo partió cuando Ariel se percató de un ataque a punta de piedras por parte de este grupo de delincuentes a la tienda Ripley. “Me detuve a mirar eso y mi esposa me pega un grito. Cuando quisimos movernos ya tenía el primer golpe encima”, contó Mansilla.
“Se fueron directo a mi cuello, a quitarme una cadena de oro. Ahí empezó todo. Se corta la cadena, queda colgando y viene otro. Empezamos a defendernos, mi mujer pegando los gritos, como podía trataba de cubrirme un poco la espalda a mí y yo, como podía, defendiéndome. Pero claro, cuando le pegas a uno a dos, levantas la vista y vas por ellos, pero aparecieron cinco o seis, todos jóvenes. No tenían más de 17 años”, complementó.
Tras ello, sostuvo que “los guardias de seguridad estaban impávidos a un metro mío. Nadie hacía nada. La gente tampoco hizo nada, tomaba la imagen con los celulares. Nos sentimos muy solos”.
“Hay que replantearse el tema como sociedad”
Mientras tanto Ana relató cómo se estropearon las vacaciones en la Ciudad Jardín. “Los planes se cambiaron todos. No volvimos a salir del hotel. Me gustaría remarcar que el gerente del hotel se ha portado excelente con nosotros, conteniéndonos constantemente. También quiero remarcar que ayer nos pidieron permiso para venir a visitarnos y reunirse con nosotros gente de la alcaldía, de turismo, de seguridad y gerentes del mall. Más allá de la horrible sensación de sentirnos abandonados, eso ha sido una caricia al alma”, expuso.
“Llegaron a pedirnos disculpas y a contarnos que están trabajando para intentar que esta ciudad vuelva a ser lo que era en cuanto a seguridad. En el mall iban a revisar algunas cosas, por ejemplo, el comportamiento de los guardias. No sé si puedo llegar a transmitirlo en palabras la sensación de estar siendo atacada por un grupo de veinte personas y que cuatro guardias a un metro de distancia solamente te miren”, continuó.
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Justamente sobre ese último punto, Salomone comentó que “por eso yo gritaba. Estábamos al lado del Starbucks, que explotaba de gente y sólo grabaron la situación. Nosotros no sabíamos quiénes más nos iban a atacar. Porque no fue como en otros casos cuando uno o dos delincuentes van y te abordan. Por eso me parece que hay que replantearse el tema como sociedad. Todos se quedaron quietos, mirando. No sé, al menos se hubieran puesto a gritar”.
“Fui a exirigrles a los guardias y a decirles por qué no habían hecho nada. Ninguno me dio una respuesta, ninguno me dirigió la palabra. Después me hicieron sentarme en un asiento y llegó un paramédico del hall, que se portó muy bien. Él nos ayudó a llegar al auto, porque yo ya no me quería mover de adentro porque tenía miedo”, agregó.