La búsqueda de una vivienda se puede transformar en un proceso complejo, principalmente porque convergen un sinfín de variables, tanto personales como económicas. Este último tiempo se ha tornado en particular difícil, por el proceso inflacionario que aumentó el valor de las propiedades y volvió más difícil el acceso a los créditos hipotecarios.
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Las cifras así lo indican. Según una publicación de la consultora Growth from Knowledge (GFK), durante el tercer trimestre de 2022, la venta de casas y departamentos nuevos bajó un 38% en comparación a la misma fecha del año anterior.
Sin embargo, distintos expertos del rubro apuestan por una reactivación del mercado inmobiliario para el 2023. De hecho, las proyecciones indican que las entidades financieras harían más flexibles sus condiciones crediticias, además de que algunos subsidios estatales, como el DS1 o Clase Media, extendieron sus plazos de postulación.
Comprar una propiedad es el compromiso financiero más exigente al que se enfrentará una persona. Por eso, los especialistas recomiendan cotizar y comparar diversos lugares para encontrar el que se adecúa a las necesidades del comprador. Aún así, es habitual cometer errores que tendrán consecuencias a largo plazo.
No investigar la ubicación
La posición de la vivienda no solo influye en el precio de la propiedad. También es relevante para conocer las fortalezas / debilidades del sector y qué tanto impacto tendrán en la vida diaria de los nuevos habitantes.
Una investigación minuciosa requiere identificar la cercanía a los servicios básicos, el trabajo, las escuelas y el transporte, entre otros. Además de conocer la experiencia de los vecinos del barrio y compararla con las necesidades propias. Por ejemplo, si en la zona ocurren muchos cortes de luz, no es beneficiosa para alguien que realiza teletrabajo.
Comprar a primera vista
Según los expertos, muchos compradores se dejan influenciar por la apariencia de un inmueble e ignoran el estado de la estructura. Esto es un problema para los compradores susceptibles al cansancio o aburrimiento que causa la búsqueda.
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Al comprar una casa nueva o antigua, es fundamental considerar la estabilidad de las paredes, los pisos, el techo y las cañerías. Para asegurar que son compatibles con el precio y que no implicarán grandes gastos de reparación en el futuro.
La Cámara Chilena de la Construcción tiene el Protocolo para la Inspección de la Vivienda Terminada. Esta serie de planillas pueden servir como referencia para evaluar tanto el aspecto, como la funcionalidad de la propiedad.
Comprar para arreglar
Mientras que algunos buscan la casa perfecta, otros prefieren armarla a su gusto. Las casas antiguas, con imperfecciones, suelen tener un precio más bajo que las nuevas y mucho potencial.
Los expertos recuerdan que renovar un hogar es costoso. Para quienes tienen esta iniciativa, recomiendan enfocarse en cambios superficiales que no destruyan los cimientos de la vivienda. Es decir, aprovechar la estructura para darle una nueva apariencia, pero no derribarla. Ya que será más caro que la compra original.
Subestimar los costos de ser dueño
Comprar un departamento o una casa es un proceso de constante inversión. En la búsqueda hay que contratar servicios de asesoría, como el corretaje, para encontrar el inmueble apropiado y visitar distintas opciones.
Durante la compra también hay que asumir los pagos notariales, el avalúo fiscal y la mudanza. Además de las cuotas del crédito hipotecario y los gastos asociados a la nueva vivienda, como las contribuciones territoriales o seguros de hogar.
Esperar la propiedad perfecta
Los especialistas señalan que algunos compradores extienden demasiado el período de búsqueda porque rechazan buenas ofertas en la espera del lugar perfecto.
Esto se debe a que se limitan a un estilo específico de casa o departamento, están concentrados en una ubicación o son estrictos con sus requerimientos. Aunque son condiciones válidas, generalmente son acompañadas por el arrepentimiento de perder oportunidades beneficiosas.
Cotizar distintas opciones y comparar sus ventajas es un método efectivo para encontrar la propiedad adecuada. Esto no significa que hay que eliminar los filtros personales en la búsqueda, sino que se pueden flexibilizar a la oferta del mercado.