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Antonia Orellana: ministra de la Mujer: “La autonomía económica es clave para salir de la violencia de género”

Promover la empleabilidad de la mujer es uno de los pilares que busca fortalecer la cartera, según explica la periodista, quien comenta además su visión sobre la agresividad en redes sociales y la realidad de mujeres en política.

Ministra Antonia Orellana
Ministra Antonia Orellana Dragomir Yankovic/Aton Chile (DRAGOMIR YANKOVIC/DRAGOMIR YANKOVIC/ATON CHILE)

Llamada a ser protagonista de conmemoraciones como el 8M, Antonia Orellana celebra los avances en el tema de la mujer, pero tiene claro qué es lo que falta y cómo lograrlo.

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¿Cuál es el avance que más valora de su gestión?

—La aprobación unánime de la ley de responsabilidad parental y pago efectivo de pensiones de alimentos. Porque es uno de los problemas más transversales de las mujeres en Chile y porque la aprobación por unanimidad demuestra que desde un ministerio encabezado por alguien como yo, feminista, podemos llegar a acuerdo, independientemente de las convicciones ideológicas.

¿Está conforme con el alza del 8,7% en el presupuesto para su cartera para este 2023?

—Durante 2022 pusimos el foco en reconstruir el ministerio. Nos falta mucho para que las trabajadoras que atienden a las mujeres tengan las condiciones para una atención integral y en todo el país. Queremos pasar a un período de expansión en 2024.

¿Por qué le llama “de reconstrucción”?

—En 2018 se despidió a más de un tercio de las trabajadoras que atienden en los Centros, recibimos un ministerio con muchos conflictos laborales, relaciones cortadas con las asociaciones, era conocido como “no tenemos ministra”.

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¿Cuál es el objetivo para 2023?

—Seguir empujando la ley integral de violencia contra las mujeres y recuperar y promover su autonomía económica, que es un elemento clave para la vida digna, pero también para prevenir y salir de la violencia de género.

¿Cuáles son los planes para revertir la caída de la cifra de mujeres en el mundo laboral?

—Hoy tenemos mejores perspectivas económicas que cuando asumimos, la catástrofe que algunos anticipaban no es tal. El empleo femenino se ha ido recuperando de la pandemia, pero no alcanza para estar contentas, ahora tenemos que enfrentar los desafíos pendientes desde antes de la pandemia, como la brecha salarial y trabajar en la agenda de sala cuna. Por otro lado, vamos a tener en ejecución las líneas de proyectos de nuestro sello Chile Para Todas.

¿Cuál es el próximo hito que le gustaría alcanzar?

— Nuestro gran desafío es la ley integral contra la violencia contra las mujeres. Y también el proyecto de reparación que crea una pensión para los hijos de madres asesinadas en femicidios.

¿Cómo se puede lograr que las mujeres no se vean obligadas a retirar las denuncias de violencia intrafamiliar?

—Ya hubo un avance, que es que las mujeres ya sabemos que la violencia en el hogar es un delito. No se denuncia porque las mujeres no le tenemos expectativas a la Justicia, se preguntan qué me va a pasar, y segundo, porque piensan que van a quedar solas, que su entorno las va a abandonar y por eso hubo una campaña orientada al entorno. Y con la ley integral nos hacemos cargo del tema de los niños, porque muchas veces cuando hay hijos, la estrategia de la otra parte es poner una demanda por tuición compartida, por rebaja de pensión, por cese de ese pago y entonces esto se cierra afuera de Tribunales donde él dice “retira tú y retiro yo”. En el proyecto proponemos que no se pueda resolver nada antes de que se falle la demanda por maltrato, que no sea moneda de cambio. Y estamos incorporando a los niños como víctimas, no sólo como testigos.

El caso de Maite Orsini, que la tocó de cierta manera, visibilizó los ataques machistas o violentos a través de redes sociales. ¿Cómo ve ese fenómeno?

—Está bien estudiado a nivel internacional y local que las mujeres que están en espacios públicos, no sólo políticas, recibimos un nivel de agresividad, que no tiene que ver con la legítima crítica, sino que son mensajes con amenazas de violencia sexual o descalificaciones basadas en estereotipos. Yo cuido mucho la imagen de mi hijo; una vez una persona de una cuenta que no era anónima lo amenazó, puso cosas ofensivas. Estamos expuestas, vea el caso de la diputada Camila Flores, que sufrió esa misma agresividad estando hospitalizada e hicimos un llamado desde el Ministerio a respetar.

Más allá de colores políticos...

—Es que nos afecta a todas. Uno de los motivos por el que las mujeres no se atreven a ser candidatas es por ese nivel de virulencia.

El machismo sigue ahí.

—Se nota, por ejemplo, en que a los políticos hombres no les preguntan cómo lo hacen para compatibilizar el cuidado de los hijos, eso sólo se lo preguntan a las mujeres. Es algo que hay que combatir.

¿Siente que se ha avanzado? Hoy hay más mujeres en política que hace algunas décadas.

—Se ha ido avanzando. En mi generación hay condiciones de participación en política muy distintas a, por ejemplo, las parlamentarias de los 90. Uno ve los videos y se sorprende lo duro que tenían el cuero. Eso demuestra que se puede avanzar. Nosotras vivimos, independientemente de la edad, una vida distinta a la que vivió la generación anterior, eso es lo bonito de la lucha de las mujeres: cada generación le regala a la siguiente nuevos derechos y nuevas dignidades.

“Me he sentido acompañada”

Antonia Orellana siempre supo que su labor atravesaba la de otros ministerios y requeriría el apoyo de políticos más avezados. “Soy una ministra joven, tengo 33 años, pero me he sentido acompañada por mis colegas”, asegura.

En la práctica, “hay lugares donde el Sernameg no ha llegado, pero sí a través del Indap o de Sernapesca”. En Chile Para Todas, “trabajamos con otros ministerios y servicios para que las mujeres no quedemos fuera por políticas que no consideraban nuestra realidad”. Otro ejemplo: “La ley de violencia contra la mujer se integrará al acuerdo de seguridad que encabeza la ministra Carolina Tohá, eso le dará más importancia política”.

“He vivido el acoso callejero”

“Vengo de una familia de puras mujeres, tengo tres hermanas y mi mamá es viuda, ella es mi referente”, afirma la ministra Orellana sobre los orígenes de su activismo.

Dice ser una más en el país: “Como a todas las mujeres, me han preguntado si pienso tener hijos en la entrevista laboral, he vivido el acoso callejero y ando preocupada por las noches. Como activista contra la violencia acompañaba a mujeres a las comisarías, en los juicios”.

Ante la pregunta que ya no debe hacerse, la de compatibilizar trabajo y maternidad, ríe y contesta que “tengo tareas compartidas con el padre y un entorno muy apoyador”.

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