El pasado mes de febrero se confirmó la realización de una línea ferroviaria de última tecnología y alta velocidad que permitirá en tiempo récord la conexión entre las ciudades de Las Vegas con Los Ángeles. Esto será posible gracias a la Brightline West, proyecto que se haría realidad mediante una inversión de 8.000 millones de dólares y que correrá en paralelo a la autopista Insterstate 15 (I-15), entre Nevada y California, con una longitud de 418.500 kilómetros.
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Según International Railway Journal, una revista especializada en el ámbito ferroviario, el proyecto estaría a cargo de la iniciativa privada y podría inaugurarse entre 2026 y 2027, sin embargo, este lunes 24 de abril un grupo bipartidista del Congreso de Nevada y California solicitó a la administración de Biden que acelere los fondos federales para que su construcción arranque cuanto antes y todo puede ser terminado antes de lo previsto.
Respaldo bipartidista
Seis legisladores federales electos de Nevada y cuatro miembros de la Cámara de Representantes de California expresaron en una carta al secretario de Transporte de Estados Unidos, Pete Buttigieg, aceptar la propuesta del ente privad, Brightline West, para gastar un aproximado de 10 mil millones de dólares para acelerar la colocación de las vías para los diversos trenes para transportar a los pasajeros por lo general a lo largo del corredor de la Interestatal 15 obstruido por el tráfico.
La senadora estadounidense Jacky Rosen, principal funcionaria en representación del partido Demócratta del estado de Nevada, explicó que “este proyecto es una prioridad importante porque hará que el sur de Nevada sea más accesible para millones de visitantes cada año. Eso significa que más personas gasten dinero en nuestros hoteles, restaurantes, casinos y pequeñas empresas y asistan a convenciones, competencias deportivas y eventos especiales de clase mundial, lo que impulsará nuestra economía y creará más empleos bien remunerados”.
Entre sus beneficios más destacables, la carta de los legisladores aseguró que se estima que el proyecto permita ofrecer 35.000 empleos en la construcción, 1.000 de ellos de manera permanentes y una significativa reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero que calientan el planeta de los vehículos.