Ocho meses lleva la discusión parlamentaria de la reforma de pensiones. Eso en lo formal, porque la discusión para ver la forma de mejorar las jubilaciones en Chile lleva décadas. El Gobierno se puso el objetivo de sacarla adelante y por eso, al verlo todo trabado en el Legislativo, decidió crear una mesa conjunta, que tuvo el viernes su primera reunión congresistas-ministerios y mañana prosigue con la exposición de expertos, de lado y lado.
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El tope pequeño es qué hacer con el 6% de cotización adicional que ya está acordado aumentar, aunque la traba grande podría decirse que es si seguir o no con el sistema de AFP. Pero eso no es lo que se discute acá.
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Según explica Raúl Burgos, académico del Observatorio de Historia y Política de la PUCV, “efectivamente el 6% es uno de los principales puntos de discusión, aquí es donde se enfrentan las distintas visiones, el Gobierno está planteando ahora que sólo un 4% de esos seis puntos vayan a un seguro social, y la oposición, por parte de la UDI por ejemplo, que todo vaya a capitalización individual”.
Nicolás Román, académico de la Facultad de Economía y Ciencias Empresariales de UAndes, cree que “probablemente si se le preguntara a los trabajadores, querrían que todo ese dinero sea aportado a sus propias cuentas, y si se pasa a un sistema de reparto, que se destine lo más posible a financiar sus propias pensiones”.
Hasta ahora, ha habido cesiones. El Ejecutivo ya habla de 4% y 2% y se olvidan de las “cuentas nocionales” que promovían hace unos meses. ¿Una derrota para el Gobierno? No necesariamente, comenta el cientista político Mario Herrera, investigador del Centro de Análisis Político y académico de UTalca: “Es una derrota, pero que lleva a dos victorias. La primera es aprobar la reforma previsional y con ello poder presentar un mayor avance en el programa de Gobierno. Y la segunda es una comunicacional, porque sería el segundo gran proyecto de ley, después de las 40 Horas, que se aprueba en la cartera de Trabajo. Esto permite a la coalición proyectar la figura de la ministra Jennette Jara como posible presidenciable”.
Destrabar el asunto es la consigna, aunque tiene una arista clave, porque está relacionada con la reforma tributaria. Conversar todos los temas es fundamental, indica el magister en Planificación Tributaria Ricardo Cid, gerente de Estrategia Tributaria en AKContadores. “Sirve la conversación, aunque no haya certeza de la otra reforma. Siempre es útil ir abordando los temas y que de ella resulten todas las hipótesis o variantes que se puedan dar, para llegar a los acuerdos que se necesitan”.
Desde mañana habrá otra instancia, en la que, se espera, participe también Evópoli, cuya silla el viernes pasado estuvo vacía “por problemas de agenda”, aseguraron, aunque trascendió que su postura es que las leyes se discuten en el Congreso.
Para Raúl Burgos, de la UC de Valparaíso, “si bien es cierto que las principales reformas deben ser discutidas en el Parlamento, sin duda es necesario que todos los actores políticos también tengan la capacidad de sentarse a conversar previamente para alcanzar ciertos puntos de acuerdo que permitan allanar el camino para la discusión parlamentaria”.
Mario Herrera, de la Universidad de Talca, observa que “aunque sólo Evópoli no participó de la mesa convocada por la ministra, creo que en términos políticos, probablemente el 6% de cotización adicional genere la mayor resistencia entre los republicanos”.