Anita Alvarado acusó haber sido víctima este viernes de “abuso de poder” de parte de efectivos de la Policía de Investigaciones (PDI), quienes en un procedimiento realizado en el Aeropuerto de Santiago la detuvieron por golpear a un detective de la institución al intentar evadir el control migratorio.
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“Cerca de las 22:00 horas, la mujer (Alvarado) ingresó al terminal del embarque acompañando a una familiar que iba a viajar. Intentó evadir el control migratorio siendo detectada por un funcionario de la PDI que la conminó a salir; ella le propina un golpe de puño en el rostro al oficial siendo retenida y reducida. En la constatación de lesiones se le diagnosticó que estaba bajo los efectos del alcohol”, es parte del relato que la propia institución policial, a través de su subprefecto del Departamento de Migraciones y Policía Internacional del aeropuerto, Juan Calatayud, entregó horas antes que Anita fuera puesta a disposición de tribunales.
La acusación de Anita Alvarado
Una versión que la detenida reconoce, aunque a medias, ya en conversación con lun.com se apura en señalar una serie de irregularidades en su detención.
“Fui a despedir a una amiga que viajaba y en el restaurante del aeropuerto comimos y tomamos cervezas. Como se nos pasó la hora, corrimos a la sala de embarque y con la adrenalina no me fijé que traspasé un sector al que no podía ingresar. Allí me detiene un policía, hubo empujones, y me arroja de forma violenta al piso y me coloca en posición de sumisión. Era innecesario lanzarme de golpe al suelo de toda la gente”, inicia Alvarado, quien este sábado fue puesta en libertad tras su control de detención, a la espera de los resultados de la investigación solicitada por el Ministerio Público.
Detienen a Anita Alvarado por agredir a un efectivo de la PDI en el Aeropuerto de Santiago
“Se supone que el aeropuerto tiene cámaras en todas partes y ahí se verá la realidad de lo sucedido. Sí, tomé cervezas, pero en la constatación de lesiones en el SAPU no me hicieron un alcotest ni exámenes de sangre y quiero que muestren las pruebas. El doctor me revisó y yo tenía lesiones en mis muñecas”, insistió.
“No me leyeron mis derechos y me dejaron hacer una llamada sólo a la mañana siguiente; tuve que ir al baño esposada y que otra mujer me desvistiera; me grabaron con sus celulares en el calabozo en tono burlesco. Lloré casi toda la noche, arrodillada, de impotencia porque siento que hubo abuso de poder. Me trataron como una criminal y es lamentable, porque encuentro que la PDI hace un trabajo excelente a nivel internacional”, finalizó.