Aún impactados por el deceso de Nicol Padilla López (27 años), los familiares de la joven madre de una niña de siete años que murió este jueves a consecuencia de un mal procedimiento estético realizado por un supuesto médico cirujano, aseguraron que tras realizarle una liposucción y un implante mamario, el supuesto profesional nunca más pudo ser encontrado.
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Fue el tío de la fallecida, Jonathan López (hermano de Kariela, la madre de Nicol), quien acusó que “el médico tomó su camilla y se fue. No lo vimos nunca más”.
Una muerte inesperada
“Miro a mi hermana y a mi sobrina chica y todavía no puedo creer todo lo que pasó. Mañana (hoy) esto se va a llenar de gente cuando traigamos a la Nicol del (Servicio) Médico Legal. Ella era muy querida”, cuenta Jonathan en lun.com, medio donde explica mayores detalles respecto del procedimiento que le costó la vida a su sobrina en su propia casa, ubicada en el pasaje Juan Orrego Salas, de la comuna de Puente Alto.
“Ella nos dijo que se iba a hacer una liposucción. Pero el médico le dijo que tenía que aumentarse también el busto para verse más ‘alineada’ y aceptó. Yo creo que era para sacarle más plata”, asegura el tío de la joven, quien aporta algunos datos respecto del supuesto médico que intervino a Nicol. Un “ciudadano peruano”, que “había conocido a Nicol por intermedio de una mujer apodada Titi”, asegura López en el medio de circulación nacional.
“Hace cuatro años mi sobrina se aumentó el busto. Lo hizo con una persona que trabaja en un centro estético en la Plaza Aconcagua de Puente Alto. Ella es peruana y le presentó a este hombre. Yo sólo sé que se llama Pedro, que su mamá es chilena y que dijo que estudió para ser doctor en Estados Unidos”, señala.
Casi son dos las víctimas
“El médico les ofreció un dos por uno”, prosigue Jonathan, quien expone que el supuesto cirujano incluso había conseguido que la madre de su sobrina fallecida se realizara una cirugía luego de realizarle el procedimiento a Nicol. “Menos mal mi hermana no alcanzó a hacerse nada”, reflexiona.
Una vez que la joven presentó los primeros problemas tras la cirugía, cuenta Jonathan, ellos trataron de hacerle reanimación para tratar de recuperarla.
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“Le hicimos reanimación a la Nicol, pero como no reaccionaba, mi hermana y su otro hijo la llevaron al (Hospital) Sótero del Río. El médico fue con ellos. Luego regresó y nos dijo que mi sobrina estaba bien, que le darían de alta al otro día. Tomó su camilla y se fue como una bala. No lo vimos nunca más”, contó.
“Yo sé que cometimos un error grave. Mi hermana está tan arrepentida. Nunca nos imaginamos que nos iban a mentir tanto. Dijo que trabajaba en una clínica de Vitacura”, se lamenta Jonathan.
“Debimos haber sospechado algo porque en la tercera sesión mi sobrina tuvo unos calambres tan fuerte que no podía levantarse (...) le juro que no entiendo. La Nicol era una niña de casa. Trabajaba cuidando a un vecino que está mal de salud y sino estaba con su hija”, finalizó.