En un hecho rara vez documentado, la agencia espacial de la NASA se ha topado con uno de los fenómenos más cataclísmicos y brutales del universo: la colisión de dos planetas enormes con toda la reacción en cadena que ello implica.
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La tecnología ha dado pasos enormes en años recientes en el terreno de la exploración espacial. Particularmente con herramientas de gran potencia como el Telescopio Espacial James Webb, mejor conocido en la comunidad científica como JWST.
Hace poco reportamos cómo este aparato logró capturar 150 objetos extraños en la nebulosa de Orión, cuerpos celestes que técnicamente no podían ser considerados ni planetas, ni estrellas. Lo que implica necesariamente la apertura de nuevas vetas de investigación.
Pero el JWST no es la única fuente de este tipo peculiares de hallazgos. La muestra más perfecta de ello es el hallazgo recién publicado por un grupo de científicos holandeses.
Quienes pudieron observar como dos planetas de hielo chocaban entre sí mientras giraban alrededor de una estrella similar al sol, creando así un resplandor de luz y una nube de polvo que fue capturada de manera casual por la agencia espacial.
Cómo la NASA terminó detectando el resplandor del choque de dos planetas
Los colegas de Eureka Alert han publicado todos los detalles de una reciente investigación publicada en la revista Nature. Donde un grupo de investigadores de la Universidad de Leiden en Holanda han documentado todos los hallazgos de este espectacular fenómeno.
Pero tal vez lo más curioso es que los científicos se toparon con el suceso de manera casi circunstancial. Ya que el resplandor del choque fue captado de rebote por la misión NEOWISE de la NASA, la cual emplea un telescopio espacial para la búsqueda de asteroides y cometas.
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El primer indicio de esta impactante colisión fue descubierto por un entusiasta de la astronomía, quien notó una anomalía en la curva de luz de la estrella.
Dicho fenómeno se habría presentado tres años antes de que la estrella comenzara a desvanecerse en el espectro de luz visible.
Detonando con ello el análisis e investigación más profunda partiendo de las imágenes y datos recopilador por NEOWISE.
Es así como partiendo de ese punto una red de astrónomos, compuesta por profesionales y hasta aficionados, investigó la estrella denominada ASASSN-21qj y documentó las variaciones en su brillo.
Al final, tal como detalla el documento de Nature (vía The Guardian) la fuente del brillo infrarrojo captada por los instrumentos de la NASA fue el resultado de la colisión de dos exoplanetas gigantes de hielo.
Las imágenes térmicas son brutales.