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Esto sí que es tener tiempo: Condenan a mujer que vigilaba a hombre durante toda su jornada laboral sentada en un banco

Ambos tuvieron una relación sexual puntual, pero a mediados de 2015, él decidió no continuar y la mujer no aceptó dicha decisión.

Mujer sentada en un banco
Mujer sentada en un banco Pixabay. Foto referencial

Una mujer tuvo una relación sexual con un hombre, el sujeto le dijo que no más y ella no lo aceptó, y comenzó a vigilarlo durante todo el día. Ese es el resumen de esta historia. En una reciente publicación del medio español Confilegal se da a conocer el caso y la condena a pagar 3.000 euros contra la denunciada.

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La titular del Juzgado de lo Penal Nº1 de Málaga, condenó a la mujer a indemnizar con 3.000 euros al hombre con el que tuvo un encuentro amoroso esporádico. Tampoco podrá acercarse a él a menos de 50 metros en tres años.

De acuerdo a lo que informa Diario Constitucional, los hechos ocurrieron en el año 2015. En esa época, la mujer residía en una vivienda que pertenecía a la Comunidad de Propietarios la Alcazaba, situada en Marbella. Y él, en ese periodo de tiempo, desempeñaba en la misma comunidad funciones contables en una oficina ubicada en el interior del recinto comunitario.

Ambos tuvieron una relación sexual puntual, pero a mediados de 2015, él decidió no continuar y la mujer no aceptó dicha decisión, por lo que comenzó a tomar una actitud de control y seguimiento obsesivo para buscar proximidad física con él.

Tal y como relata la sentencia, durante meses y casi a diario, la mujer se quedaba sentada en un banco situado enfrente de la oficina a lo largo de toda su jornada laboral, que abarcaba desde las 08:00 horas hasta las 15:00.

A veces, incluso, entraba en la oficina con la excusa de llevar a cabo gestiones innecesarias relativas a la comunidad. Momento en el que aprovechaba para pedirle explicaciones acerca de sus relaciones con otras mujeres en presencia del resto de los empleados y clientes.

Le interrogaba y le preguntaba qué había hecho, dónde había estado y le llegó a manifestar que era portador de “un virus muy peligroso y que se lo había transmitido a ella”. Además, cuando él abandonaba la oficina, ella le seguía con su teléfono móvil con actitud de realizar una grabación.

La mujer negó los hechos, manifestando que la relación finalizó en 2011, y no en 2015, y que hasta 2017 estuvo en Londres y tan sólo unos pocos días en España. Asimismo, apuntó que no se personó diariamente en la oficina para vigilarlo, sino que se sentó enfrente en alguna ocasión para obtener una mejor cobertura de wifi para trabajar.

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