Ídolo a los 71 años y escudado en una formidable trayectoria que le instala en la élite vigente y pensante de la música mundial, Sting nunca apeló a eufemismos para edulcorar sus planteamientos y ahora arremete contra una amenaza latente para los compositores y cantantes. En un programa reciente de la BBC, Gordon Thomas Sumner –su nombre civil-, sostuvo que “los músicos se enfrentarán a una batalla para defender su trabajo frente a las canciones que sean compuestas por la inteligencia artificial”.
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Tras escribir una historia exitosa con The Police, Sting se convirtió en una figura trascendental de la cultura popular mundial, cosechando cerca de 100 millones de discos vendidos y más de 20 premios claves de la industria, entre Grammy, Emmy, Brit Awards, Globo de Oro, León de Oro y nominaciones al Oscar.
Y, de paso, generando una cercanía emocional frecuente con nuestro país desde que, en 1990, fue parte de los conciertos de Amnistía Internacional “Desde Chile un abrazo a la esperanza” en el Estadio Nacional, junto a estrellas como Peter Gabriel, Sinead O’Connor, Wynton Marsalis y Rubén Blades, entre otros.
“Me aburren las máquinas...”
Hoy que la industria musical explota nuevos cauces que incrementan las ganancias, a Sting le preocupa la acechanza de la inteligencia artificial que empieza a invadir diversos campos. “Los bloques para construir música nos pertenecen a nosotros, a los seres humanos… Las herramientas siempre son útiles, pero somos nosotros las que las tenemos que usar. Lo que no podemos hacer es permitir que sean las máquinas las que tomen el control. Debemos ser muy cuidadosos”, analizó en la televisión británica.
Como sea, la Inteligencia Artificial ya entró al estudio de grabación. Por ejemplo, un usuario de TikTok generó con ayuda de la IA las voces de The Weeknd y Drake para crear una versión de Heart on my sleeve que se viralizó hasta lograr 2 millones de visitas. Además, Nick Cave denunció que varias canciones fueron creadas por ChatGPT imitando su estilo. Y el dj David Guetta la para agregar la voz de Eminem a una de sus pistas.
Sting, sin embargo, será un tenaz opositor porque “me aburro cuando veo una imagen creada por computador y me sentiré igual cuando escuche una canción creada con Inteligencia Artificial”. Y desde la experiencia, sostiene que “para expresar emoción a través de las canciones no creo que me vaya a conmover lo que esa tecnología produzca”.
Al fin, el intérprete de la emblemática “English man in New York”, aún se declara un romántico de la creación artística: “Es fácil barrer con el entusiasmo que te provocan las listas de éxitos, y mucho más en los 80s en comparación a estos tiempos, pero la verdad es que hago música por amor y curiosidad, incluso si es que se siente bien tener algo en la radio”.