El conflicto entre Israel y Hamás cumple hoy 16 días, enfrentamiento que ha tenido en Chile una arista particular, que ha incluido al Presidente Gabriel Boric; al embajador de Israel, Gil Artzyeli, y a otros personeros. El asunto ha tensionado la histórica posición chilena respecto del conflicto palestino-israelí.
PUBLICIDAD
Según Marco Moreno, director de la Escuela de Gobierno y Comunicaciones de la U. Central, “la política exterior de Chile ha sido bastante consistente, independientemente de los gobiernos de turno, reconoce a ambos estados. Ahora la controversia se ha generado esencialmente por el rol muy activo que ha tenido en el último tiempo el embajador de Israel, que ha tenido varios desencuentros con el Gobierno” (ver recuadro).
Así como el Estado ha tenido una visión, también la tiene Gabriel Boric, y no es desconocida. Durante su reciente gira por China, manifestó que “los atentados inaceptables y brutales perpetrados por Hamás no justifican bajo ningún punto de vista la barbarie que el Estado de Israel está llevando adelante en Gaza”.
Este fin de semana, Boric habló con el Presidente del Estado Palestino, Mahmoud Abbás, y de la conversación aseguró que “pude transmitirle nuestra profunda preocupación por la situación humanitaria en Gaza, por los ataques indiscriminados a civiles inocentes, tanto por parte de Hamás como del Estado de Israel”.
De acuerdo con Cristián Garay, analista internacional y académico del Instituto de Estudios Avanzados de la Usach, ha habido un cambio profundo de las convicciones del gobierno chileno. “Boric, desde su epoca de estudiante, no tan lejana, adhirió a un consenso al interior de la U. de Chile que condenó al Estado de Israel por una expansión arbitraria y sometimiento del pueblo palestino y la actual dirección de la política exterior hace presente la misma disconformidad”.
“Es un giro que ha tomado parte importante de la izquierda latinoamericana y que difiere de la simpatía no activa de la democracia chilena antes y después de 1973 por el Estado de Israel y su derecho a existir. Pero dicho eso, Chile mantenía un equilibrio de posturas, ya que el conflicto arabe-israelí es de imposible resolución en términos de convivencia de ambos pueblos y religiones”, indica.
La postura de la izquierda se ha visto tal vez contenida en el caso de Boric, pero no pasa lo mismo con el resto del sector. “Antes de ser gobierno tenían una posición más cercana a la causa Palestina y eso en algunas autoridades, especialmente en parlamentarios, se ha visto expresado y ha generado problemas de relaciones bilaterales. Aun así, en los enfrentamientos previos no habíamos observado una disputa tan fuerte, quizás porque ahora las redes sociales la amplifican y dan la posibilidad de que no haya intermediación”, explica Moreno.
PUBLICIDAD
Un ejemplo es el del diputado Daniel Melo (PS), quien por la polémica de Gil Artzyeli con el subsecretario del Interior, Manuel Monsalve, dijo que “al embajador de Israel en Chile le hacemos un llamado a no seguir agudizando los conflictos en nuestro país, cuando en territorio ocupado siguen ocurriendo asesinatos de niñas y niños inocentes a manos del Estado de israel”.
Los problemas podrían generar cierto cambio en cómo se ve el conflicto en el país. “Chile tenía un equilibrio de posturas, de modo que para el país, en estricto rigor, asumir costos en el conflicto actual no le trae beneficios e importa externalidades en su política exterior y en lo doméstico. También pesará sobre la apreciación externa occidental sobre Chile, si bien coincide con gestos semejantes de Sánchez, Petro, Maduro, Putin o Xi Jinping, establece un quiebre con la trayectoria chilena y acerca a posiciones de tipo ‘bolivarianas’ y rupturistas en el sistema internacional”, cierra Garay.
Las tensiones con el embajador
El intercambio público de opiniones un gobierno y un embajador (en este caso, el de Israel), no es común. Para Marco Moreno, catedrático de la U. Central, Gil Artzyeli y el “uso de redes sociales, como lo ha hecho él para comunicar o dar a conocer su punto de vista, ha sido un punto bastante controversial”.
“La sangre de los israelíes y judíos también vale, pero parece que menos, mucho menos. Después de la peor masacre de judíos desde el Holocausto, hay gente que piensa que Israel no tiene derecho a defenderse como cualquier otro país”, dijo Artzyeli tras las primeras declaraciones del gobierno chileno sobre los ataques del 7 de octubre. “Ojalá (el Gobierno) apague el piloto automático en temas que tienen que ver con Israel”, señaló días después.
La relación de Artzyeli con La Moneda comenzó mal, pues cuando llego en septiembre, el Presidente Boric no recibió sus cartas credenciales en su momento, pues en esos días un niño palestino había muerto en un ataque israelí en territorios árabes.
“Las formas en diplomacia son muy importantes y tanto por algunas decisiones del Gobierno y lo que fue la dirección de la excanciller Antonia Urrejola y lo desafortunados desencuentros, como el día en que no le recibieron las cartas credenciales, hizo que el conflicto pueda profundizarse. La tradición de nuestra política exterior ha sido de ecuanimidad en relación al conflicto, lo que se ha perdido en este último tiempo producto de que las formas no se están respetando. En Relaciones Exteriores las formas son tan importantes como el fondo”, señala Cristián Garay, de la Usach.