El cambio climático está provocando incendios en regiones que hasta ahora no habían sufrido semejante devastación. Una de estas zonas es el Ártico, donde la aparición de “incendios zombis” supone una nueva amenaza medioambiental.
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Un informe del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) y GRID-Arendal, una organización medioambiental sin ánimo de lucro con sede en Noruega, destaca que el calentamiento global, las sequías y los cambios en el uso del suelo provocarán incendios en zonas que antes no se veían afectadas.
La publicación de la agencia medioambiental de la ONU califica esta situación de crisis mundial de los incendios forestales, y prevé un aumento del 30% de este tipo de catástrofes para 2050 y de más del 50% para finales de siglo. El análisis prevé que ninguna parte del mundo será inmune a los incendios forestales, ni siquiera regiones tradicionalmente seguras como el Ártico.
“Los incendios zombis duran mucho porque se producen en suelos ricos en materia orgánica (turbas)”.
— Patrick Louchouarn, profesor de Ciencias de la Tierra de la Universidad Estatal de Ohio, EE.UU.
Según un estudio reciente de Patrick Louchouarn, profesor de Ciencias de la Tierra de la Universidad Estatal de Ohio, el aumento de las temperaturas globales está empujando los incendios más al norte, incluso hacia el Ártico. Y no sólo afectan a árboles y pastos, sino también al suelo.
Estos incendios subterráneos, apodados “incendios zombis”, reciben ese nombre por su resistencia.
“El término se originó cuando se observó que algunos incendios del Ártico permanecían bajo tierra durante el invierno y se reavivaban en verano, cuando las condiciones eran más cálidas y secas”, explica Patrick Louchouarn a Metro.
A diferencia de los incendios típicos, los subterráneos arden lentamente y se propagan en profundidad y lateralmente. Por eso son menos visibles y de más difícil acceso, y a menudo exigen excavar mucho y aplicar agua.
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Debido a su menor temperatura de combustión, estos incendios latentes producen más humo. Las partículas ultrafinas de este humo suponen importantes riesgos respiratorios y cardiovasculares y pueden recorrer grandes distancias con el viento.
Dada su lenta combustión y la abundancia de combustible de carbono y oxígeno, estos incendios pueden persistir durante meses o incluso años. Se ha observado que “pasan el invierno”, permaneciendo inactivos durante los meses más fríos y reactivándose en condiciones más cálidas y secas.
La investigación de Louchouarn señala que a medida que el Ártico se calienta y los incendios se desplazan hacia el norte, los suelos de turba ricos en material vegetal muerto arden a un ritmo acelerado. Sorprendentemente, el 70% de la turba ártica afectada por incendios en los últimos 40 años se produjo en los últimos ocho años, con un 30% sólo en 2020.
“Necesitamos una comprensión más profunda del alcance de los incendios zombis en el Ártico y de su potencial de emisiones de carbono y humo a gran escala”, concluyó el experto.
50%
Se prevé un aumento de los incendios forestales de aquí a finales de siglo.
Peligros de los incendios zombis
-Arden lentamente, liberando grandes cantidades de humo.
-Desafían a los bomberos, exigiendo más recursos durante periodos prolongados.
-Pueden desestabilizar el suelo, haciendo arriesgado el uso de maquinaria pesada.
-Su resistencia les permite arder durante el invierno y reavivarse en primavera, lo que les ha valido el apodo de “zombis”.
Entrevista
Patrick Louchouarn,
profesor de Ciencias de la Tierra en la Universidad Estatal de Ohio
P: ¿Qué son los incendios zombi?
- Los incendios zombi son un juego de palabras para identificar los fuegos que no mueren fácilmente. Mientras que los fuegos superficiales se extinguen cuando agotan su combustible, los fuegos zombi pueden durar debido a la rica materia orgánica de los suelos que queman. El término surgió cuando se observaron algunos incendios en el Ártico que ardían bajo tierra durante el invierno y volvían a encenderse en verano.
P: ¿En qué se diferencian estos incendios de otros?
- Se producen en el suelo, no en la vegetación. Arden como las brasas de la parrilla una vez apagadas las llamas. Debido a su baja temperatura de combustión, liberan más partículas, lo que reduce la calidad del aire.
P: ¿Por qué suponen un reto para los bomberos?
- Su naturaleza subterránea dificulta su detección y evaluación. Además, pueden desestabilizar el suelo, por lo que es arriesgado utilizar maquinaria pesada para excavar.
P: ¿Cómo influye el cambio climático en los incendios zombi?
- En el Ártico, el aumento de las temperaturas seca la vegetación y el suelo, haciéndolos más inflamables. También hay indicios de una mayor actividad de los rayos en el Ártico, lo que proporciona más fuentes de ignición.
P: ¿Cómo podemos prevenir estos incendios?
- En las regiones remotas del Ártico, esto será difícil. Las soluciones son lentas y costosas. En las zonas donde la tala y la quema son una de las causas principales, hay que limitar esta práctica, aunque ello afecte a los medios de subsistencia de quienes tienen alternativas limitadas.