En 2006 Muhammad Yunus subió al Olimpo de los premios en Estocolmo para recibir el Nobel de la Paz, tras crear en 1983 el banco Grameen apostando a un sistema de microcréditos a beneficio de millones de pobres en esa región del mundo. Sin embargo, el famoso economista y entonces benefactor que se ganó el apodo de “banquero de los pobres” ahora cayó en desgracia e irá a la cárcel luego que un tribunal de Bangladesh lo condenara a 6 meses de prisión. ¿El motivo? Múltiples infracciones de la ley laboral, de acuerdo a una investigación que no descarta otros cargos de presunta corrupción y malversación de fondos.
PUBLICIDAD
La sentencia genera criticas internacionales contra el Gobierno por una supuesta persecución judicial en su contra. En agosto pasado, más de 170 líderes mundiales y premios Nobel instaron en una carta abierta a las autoridades de ese país a suspender todos los procedimientos legales contra Yunus.
De 83 años, Yunus fue acusado en septiembre de 2021 de no constituir el Fondo de Contribuciones de los Trabajadores y el Fondo de Bienestar en su empresa, además de no compartir con sus empleados los beneficios que les correspondían. Incluso, la primera ministra bangladesí, Sheikh Hasina, lo acusa hoy de “chupar la sangre” a los pobres.
Denuncian una “persecución política”
En todo caso, se le concedió un mes de libertad bajo fianza en vista de su apelación ante un tribunal superior, según el fiscal Khursid Alam.
“Estamos siendo castigados por el crimen que no cometimos”, dijo Yunus a AP sobre la sentencia, mientras su compañía Grameen Telecom, que fundó como una organización sin fines de lucro, está en tela de juicio. Su clave salvadora era el uso de microcréditos para ayudar a la población empobrecida.
En ese marco, la jeque Merina Sultana, presidenta del Tribunal Laboral de Daca, sostuvo en su veredicto que la empresa de Yunus violó las leyes laborales: se suponía que 67 de los empleados de Grameen Telecom serían permanentes; los fondos de participación y bienestar de los funcionarios no se crearon y el 5% de los dividendos de la empresa no se repartió al personal.
Junto a Yunus, fueron declarados culpables tres directores de la misma compañía, que posee el 34% de acciones de la mayor empresa de telefonía del país, Grameenphone, filial del gigante noruego Telenor.
Em todo caso, lo partidarios del cuestionado Nobel filántropo consideran que los cargos fueron presentados para acosarlo en un contexto político complejo y por revanchismo del gobierno, mientras Bangladesh prepara en un clima agitado sus próximas elecciones del 7 de enero.