Los biógrafos de los Premios Nobel Gabriel García Márquez y Mario Vargas Llosa coinciden en su versión sobre el incidente que sepultó la comunión literaria de dos viejos amigos. El 12 de febrero de 1976, el escritor peruano derribó de un golpe al mexicano cuando ambos se encontraron en una reunión social cuyo objetivo -casi 50 años después- adquiere trascendencia histórica: ambos estaban como invitados en Ciudad de México a la presentación de la película “La odisea de Los Andes”, del director chileno Álvaro Covacevich.
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El film con imágenes originales de la tragedia de los rugbistas uruguayos en la cordillera es considerado un magnífico documental, entre varias producciones similares sobre un caso único de supervivencia que hoy tiene una nueva versión: “La sociedad de la nieve” del español J. M. Bayon y que postula al Premio Oscar.
En esa reunión había intelectuales y periodistas latinoamericanos, que se sorprendieron cuando García Márquez fue recibido con el puñetazo propinado por Vargas Llosa, su amigo y guionista de la película del desastre. El golpe fue su reacción a que lo hubiera delatado con su esposa por un romance que el peruano sostuvo con una modelo europea. Claro, allí se acabó la amistad entre quienes después obtendrían el Nobel de Literatura, en 1986 y 2010, respectivamente.
La huella de Covacevich
Sin la tecnología, los medios ni los US$65 millones que invirtió España en la cinta de Netfilx, según los estudiosos del cine Álvaro Covacevich produjo una obra de gran significación histórica.
Su primer largometraje, Morir un poco (1966), tuvo resonancia en la época, y en 1972 rodó Diálogo de América y El gran desafío, conversaciones del Presidente Allende con Fidel Castro. Tras el golpe de Estado dejó el país y se radicó en México.
En la época del accidente (1972) era director del noticiario de cine Emelco. Cuando cayó el Fairchild uruguayo en Los Andes. supo dimensionar su trascendencia y acopió material filmográfico durante meses para la elaboración de un documental, donde incluyó entrevistas a los sobrevivientes y al arriero héroe, Sergio Catalán.
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Tras el Golpe, Covacevich se asiló en la embajada mexicana rescatando gran parte de su filmoteca personal. Y en el exilio, retomó el proyecto y ya conectado con el círculo intelectual latino en el Distrito Federal logró convencer al joven escritor peruano Mario Vargas Llosa escribiera el guión de la cinta que hoy está en la Cineteca Nacional y Youtube (versión reducida en japonés).
Grandezas y miserias
El propio Covacevich explicaba así el enfoque que, junto a Vargas Llosa, le dieron a una cinta que presenta imágenes impactantes: “La película se propone estudiar al hombre en toda su grandeza y su miseria” y “crear un documento de estudio de las relaciones humanas dentro de una situación crítica”.
En un segmento de “La odisea de Los Andes” se narran detalles de la antropofagia a la recurrieron los sobrevivientes, mientras se muestran escenas de los restos del avión y de los cadáveres, acompañadas de la música del artista popular Ángel Parra -hijo de Violeta-, con un fragmento de Gracias a la Vida.
La expedición de Covacevich y su equipo al lugar del accidente se realizó en enero de 1973, y fue la primera desde Argentina, antes de que los restos del avión fueran incinerados. El cineasta concluye en el documental que los sobrevivientes “constituyen una pequeña sociedad que, como en los albores de la historia humana, debía afrontar a tres terribles enemigos, el hambre, la sed y el frío”.