En 2023 hubo un leve alivio respiro de la sequía de más de una década que afectaba a gran parte del país.
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Y aunque las precipitaciones del último invierno causaron serios estragos en la zona centrosur, dieron la sensación de que en una de esas se empezaba a dejar atrás la falta de agua que perjudicaba, principalmente, a las áreas más pobladas de Chile.
Pero la verdad es que parece que tal idea se quedará solo en eso, pues desde la ciencia se adelanta que la sequía volverá con la misma fuerza vista hasta 2022.
Eso es lo que señala el experto Patricio González Colville, agroclimatólogo de la Universidad de Talca, quien dice que el fenómeno de El Niño se está debilitando y llegaría a su fin en otoño de este año. Y ello daría paso a La Niña, que traería consigo una importante disminución de lluvias.
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“La Niña consiste en el enfriamiento anormal de las aguas ecuatoriales del Océano Pacífico, por lo que el mar pasa de tener 29° valores de entre 25° y 26°. Esto implica que habrá ausencia de precipitaciones. Por ejemplo, en la Región del Maule, donde suele llover 700 milímetros durante el invierno, podrían caer 250 ó 300, para así continuar con este ciclo maligno de megasequía que empezó en 2007″, precisa el especialista.
DEL NIÑO A LA NIÑA
Según el académico del Centro de Investigación y Transferencia en Riego y Agroclimatología de la Universidad de Talca, “además, el fenómeno trae consigo bajas temperaturas en invierno a través de incursiones de masas de aire polar que generarán heladas de dos o tres grados bajo cero”.
Pero la transición entre El Niño y La Niña podría no ser inmediata, aclara el profesor Patricio González Colville, quien indica que pueden pasar de tres a ocho meses para que se concrete este cambio.
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“El evento de El Niño puede durar un año, mientras que La Niña se extiende hasta tres años. Esto es una condición para el clima mediterráneo como el nuestro”, subraya el representante de la Universidad de Talca.
IMPACTO EN LA AGRICULTURA
La Niña tendría un impacto negativo en la agricultura del país, de manera especial en la zona central, producto del bloqueo de las lluvias.
“Si este evento comenzara en invierno, es decir en junio, nos dejaría la mitad del año con escasas precipitaciones. Lo positivo sería que empezara en diciembre, pero eso está por verse porque la transición es muy aleatoria. Lo que es seguro es que no habrá un segundo fenómeno de El Niño consecutivo. Eso nunca ha sucedido, al contrario de lo que ocurre con el evento de La Niña que, en años anteriores, ha tenido tres ciclos seguidos”, plantea Patricio González Colville.
HABRÁ FRÍO Y MENOS LLUVIAS
El meteorólogo de Canal 13, Gianfranco Marcone, coincide con el pronóstico del profesor Patricio González Colville, y se anima a adelantar cómo vendrá el 2024.
“El clima en gran parte de Chile se regula mucho por los fenómenos de El Niño y de La Niña, que cambian el modelo de precipitaciones de nuestro país… Ahora estamos con el nivel de intensidad máximo de El Niño, y como es verano por supuesto que no presentan lluvias. Pero El Niño va a comenzar a decaer para dar paso a La Niña entrado el invierno o incluso a comienzos de la primavera”, afirma el especialista.
“El otoño se presentará bajo lo normal en cuanto a precipitaciones en la zona central, y muy bajo lo normal en el sur… Es muy seguro que va a costar que comience a llover en el sur y que en la zona central tampoco tengamos precipitaciones al menos hasta abril”, explica el meteorólogo.
De acuerdo a Gianfranco Marcone, “si nos proyectamos al trimestre mayo- junio-julio, podemos ver que se mantiene la misma condición, y que además el fenómeno de la Niña entraría en la zona central, lo que generaría tres meses fríos y secos, diferentes a los de 2023″.
