Un turbio episodio digno de una teleserie sacude al barrio alto de Lo Barnechea, luego de que un empresario denunciara que su esposa estaba siendo víctima de extorsión, y que se le exigían el pago de 100 millones de pesos, bajo la amenaza de revelar un supuesto secreto: una de las hijas no sería hija biológica de su esposo. Afortunadamente, en vez de obedecer al pago, el caso llegó hasta la justicia.
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La intriga comenzó a tejerse en un sábado de febrero, cuando un sobre misterioso llegó al hogar de la familia afectada. Fue el propio esposo quien al revisar la correspondencia de su hogar, descubrió una carta dirigida a su esposa, firmada con iniciales desconocidas. El impacto fue inevitable al encontrar una fotografía de su hija acompañada por tres hojas impresas y una demanda clara: desembolsar la astronómica suma de $100 millones de pesos.
A pesar de la gravedad de la situación, la Fiscalía inicialmente mostró escaso interés en la denuncia, argumentando que no se cumplían los requisitos legales para considerar el caso como extorsión. Según declararon en un escrito, se trataría “más bien de actos preparatorios para cometer un posible ilícito que afecte a la referida, hecho que no ha generado ningún perjuicio económico para esta”, según constató el medio BioBioChile.
“Estos actos preparatorios no son punibles en nuestra legislación, salvo los casos que expresamente la ley señala”, agregaron.
Sin embargo, el Cuarto Juzgado de Garantía de Santiago tomó cartas en el asunto y ordenó una investigación más profunda, considerando que la intención de causar perjuicio era suficiente para continuar con el caso. El tribunal a cargo de la causa estimó que los antecedentes “dicen relación con la figura imperfecta de extorsión”.
A lo anterior, añadieron que “el tipo penal no requiere la producción efectiva del perjuicio en el patrimonio, sino que basta la intención de causarlo”, por tanto, se ordenó continuar con la investigación.