En el mundo de la tecnología hay nombres que resuenan y otros que simplemente no lograron pasar a la historia. En un punto medio se encuentra Ronald Wayne, quien tuvo un papel fundamental en albores de una de las empresas más icónicas del mundo, Apple Inc. Nacido un 17 de mayo de 1934, Wayne fue uno de los tres fundadores de la compañía de la manzana mordida, junto a Steve Jobs y Steve Wozniak. Y si bien su participación era de tan sólo el 10% de la empresa, fue el encargado de diseñar el logotipo de la marca, además de redactar el manual del Apple I. Pero como muchas decisiones difíciles que se toman en la vida, el oriundo de Cleveland, Estados Unidos, decidió salir prematuramente del emprendimiento que vio nacer.
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¿La razón? Temía por los riesgos financieros asociados al futuro de Apple, por lo que 12 días después de su fundación, optó por vender su participación en la compañía por tan sólo 800 dólares. La historia posterior indicaría que aquella fue una decisión errada, y que lo llevaría a perder miles de millones de dólares por no haber esperado un tiempo más.
El cofundador de Apple que cambió su fortuna
Si bien esta puede parecer una decisión impactante y poco acertada, lo cierto es que a lo largo de los años Ronald Wayne ha mantenido una perspectiva más bien filosófica sobre su salida de Apple y según sus propias palabras tomó “la mejor decisión que podría haber tomado en aquel momento”.
Recordemos que a la fecha Apple se erige como la segunda empresa más valiosa del mundo, con un valor aproximado de 2.805 billones de dólares. Y, en contraste, hoy Wayne reside en Nevada a sus 89 años, lejos de la opulencia que su 10% de participación inicial en Apple podría haberle proporcionado.
Tal como adelantábamos, el rol de Wayne en el nacimiento de Apple fue más que importante. Mientras vivía en California, Wayne conoció a Jobs y Wozniak en Atari, época en la que se unieron para fundar la empresa detrás de productos insignes como Mac o iPhone.
Su inversión inicial buscaba mediar entre Jobs y Wozniak, pero prefirió vender su participación por una suma modesta: USD $800. Años más tarde, tan sólo aquel contrato original con Apple alcanzaría los 1.59 millones de dólares en una subasta.
Así, tras su abrupta salida, Wayne no fue capaz de anticipar que Apple iniciaría un camino de crecimiento sin precedentes. Bajo la dirección de Jobs y Wozniak, la compañía lanzó el Apple II, marcando un antes y un después en la historia de la tecnología.
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A lo largo de los años, Apple incluso diversificó su oferta con servicios digitales como iTunes y la App Store, además de incursionar en tecnología wearable con el Apple Watch y AirPods. Eso sí, aunque luego de su salida Steve Jobs lo invitó en muchas ocasiones a eventos de Apple y también le ofreció regresar, Wayne se mantuvo firme en sus decisiones.
Con todo, en los años que siguieron Wayne trabajó en diversas industrias, incluyendo el Lawrence Livermore National Laboratory y también LDF Semiconductors. Luego decidió pasar sus días en California, dirigiendo una tienda de sellos hasta su jubilación.