Lorenza Ramírez Barrera es el nombre de la supuesta “monja” de 80 años, que fue descubierta dejando el cuerpo de una de sus cercanas en plena vía pública en la comuna de Ñuñoa.
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Según los antecedentes recabados por la Policía de Investigaciones y la Fiscalía, ambas religiosas habrían hecho un pacto por lo que la adulta mayor “guardó” los restos de la fallecida por cerca de un año y finalmente los dejó en la calle en una maleta.
“Aquí hay un pacto entre religiosas que viven en el lugar (...) esta persona realiza un pacto con esta persona que fallece hace un año atrás y la mantiene por el cariño que le tenía. Ellas mantenían una amistad y manifiesta que le tenía mucho cariño y que habían hecho un compromiso de que ninguna de ellas se iba a denunciar si es que fallecían”, indicó el subprefecto Juan Fonseca.
Por su parte, el fiscal Francisco Lanas comentó que “el cuerpo no estaba descuartizado y no tiene signos de participación de terceras personas. El examen externo demuestra que no tiene fracturas, no hay señales de algún apuñalamiento. Preliminarmente sería muerte natural”.
La historia de Erika
La información asegura que fue una enfermedad terminal, un supuesto cáncer, lo que habría acabado con la vida de Erika Fernández, la mujer que fue oculta por Lorenza Ramírez Barrera.
Asimismo, la investigación arrojó que la persona de 60 años falleció al interior de su domicilio ubicado en calle Suárez Mujica, también ubicado en la comuna de Ñuñoa y a un kilómetro de donde vivía la adulta mayor, quien trasladó el cadáver hasta su propio hogar en la calle Los Jardínes.
La Fiscalía detalló que Erika Fernández y Lorenza Ramírez se conocieron en una parroquia del sector, en la cual ambas prestaban servicios, y forjaron una fuerte amistad que les llevó a realizar el controversial pacto.
Las declaraciones de los vecinos y vecinas de la “religiosa” hablaron con 24 Horas sobre la situación y comentaron que llevaban meses sin verla e incluso su domicilio estaba notoriamente abandonado con facturas, cartas y cuentas sin recoger en el frontis de la vivienda. Igualmente, el patio de la “monja” alberga una gran cantidad de hojas de árbol y basura dan cuenta de que nadie habitaba en dicho lugar.