Después de una prolongada batalla legal que se extendió por más de diez años, un padre finalmente recibirá una indemnización de $40 millones por parte de un colegio ubicado en la comuna de Santiago. La compensación surge tras la muerte de su hijo, quien perdió la vida en marzo de 2014 luego de que un arco metálico cayera sobre su cabeza durante una clase de educación física.
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El incidente ocurrió cerca de las 11:00 horas, cuando el menor de 9 años se encontraba en medio de una actividad deportiva.
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Según la demanda presentada por el padre, el arco de baby fútbol se desplomó mientras el profesor a cargo de la clase estaba ausente, dejando al pequeño atrapado bajo su peso. A pesar de los esfuerzos médicos, el niño sufrió un paro cardiorrespiratorio y falleció minutos después del impacto.
“La muerte de mi hijo y especialmente las circunstancias en que dicho deceso se produjo me han provocado un dolor y amargura inconmensurable, así como también un profundo menoscabo a mi integridad física y psíquica, por la pérdida de mi único hijo”, dijo el afectado, según consigna Meganoticias.
Por lo mismo, el realizador audiovisual pidió que tanto el establecimiento como el académico fueran condenados a pagar solidariamente la suma de $600 millones por concepto de daño moral.
La resolución
En el documento legal que dieron a conocer en el medio mencionado, el progenitor relató que el arco no estaba debidamente anclado al suelo, lo que incumplía la responsabilidad del colegio de mantener un entorno seguro para los estudiantes. Además, señaló la negligencia del docente, quien abandonó la cancha en el momento del accidente.
Pese a que la demanda inicialmente solicitaba una indemnización mucho mayor, tras varias instancias judiciales, el monto fue reducido a $40 millones.
Aunque la compensación no borra el dolor de la pérdida, el padre espera que esta sentencia sirva como un recordatorio de la importancia de la seguridad en los espacios educativos y como un llamado a la responsabilidad de las instituciones y el personal docente.