A las 07:30 de la mañana del miércoles pasado, Mario Mancilla, sobrino de Carlos Rosales, conocido como “El Desafinado” de “Sábado Gigante”, recibió la llamada desde el Hospital Padre Hurtado, en la comuna de San Ramón, que daba cuenta que su tío se encontraba con vida luego que se perdiera su rastro el 10 de junio.
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Según confirmó a Publimetro, Carlos Rosales Lucero “se encuentra hospitalizado rehabilitandose, el está bien dentro de todo” y agradeció la preocupación de la ciudadanía por la situación de su tío.
La desaparición
De acuerdo a los antecedentes proporcionados en su momento por la familia de Rosales, el hombre de 78 años “se perdió el lunes 10 de junio en la villa Ahukanche en Padre Hurtado y padece “principio de Alzheimer y diabetes”.
Asimismo, el sobrino sostuvo que el rastro del hombre se perdió en la “calle Jesuita de la Villa Ahukanche en la comuna de Padre Hurtado”. Explicando que vestía un “pantalón térmico azul marino, una camisa a cuadrille, parca azul y zapatos color damasco”.
Salto a la fama
Pese a que han pasado 48 años desde su aparición en el programa Sábado Gigante, Carlos Rosales sigue estando en la memoria del público.
El hombre de 78 años pasó a la historia como “El Desafinado de Sábado Gigante”, cuando en 1976 intentó cantar “Quieres ser mi amante”, de Camilo Sesto, sin embargo, de inmediato fue rechazado por el Chacal de la Trompeta.
En una entrevista realizada por el programa ¡Qué dice el público! de Canal 13, explicó que en esa ocasión “me comieron los nervios, antes de eso nunca cantaba tan mal”. Sin embargo, tuvo su revancha al interpretar nuevamente la canción del cantante español, luego de recibir clases de canto.
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De acuerdo a una entrevista concedida a La Cuarta el 2019, Carlos Rosales recordó el episodio que hizo que saltara a la fama:
“Después todo el mundo me echaba tallas. En la pega me decían cántala de nuevo poh, Rosales. El jefe me dijo no importa Carlitos, yo le decía me comieron los nervios, pero preferible que haya sido así, seguí cantando ahí en el trabajo, era el ídolo para el jefe”.
Rosales explicó que fue gracias a su jefe que acudió a Sábado Gigante. “Me dijo que fuera a cantar. En la construcción cantaba todo tipo de canciones, pero a él le gustaban las de Camilo Sesto; a mí me gusta también, pero también tenía otros ídolos, como Salvatore Adamo, Leo Dan, Neil Diamond y Elvis Presley. Pero desde que me dijo que cantara esa canción empecé a practicarla. Todos los días la cantaba, pero con los nervios me salió ese gallito”.