Si en 1988 el director Giuseppe Tornatore cautivó al público y a la crítica mundial con una película de culto, Cinema Paradiso, ahora el director italiano intenta encauzar esa admiración de sus millones de seguidores a través de un libro que apunta a ser casi una “manual” para cinéfilos.
PUBLICIDAD
Ternura, lágrimas, amistad, amor y nostalgia se fundían en ese film memorable con música de Ennio Morricone que, en distintas épocas, hizo que los críticos debatan “por qué todos aman Cinema Paradiso”. Cuenta la vida del niño Salvatore en un poblado italiano, donde el único pasatiempo es ir al cine y Totó crece inmerso en esa magia de las películas.
“50 películas con las que hacerse mayor” se llama la publicación recién lanzada por el premiado realizador, con textos de la escritora Miralda Colombo y dibujos de André Ducci.
“He rodado cada filme creyendo que iba a ser el decisivo de mi vida”, reveló Tornatore en diversas entrevistas, consciente de que ninguna otra cinta podrá superar aquella entrañable historia de tributo a la pantalla grande. Allí, en una escena de antología, el anciano proyeccionista Alfredo entrega a Totó un consejo para vida: “Hagas lo que hagas, ámalo como amabas la cabina del Paradiso cuando eras pequeño”.
Luego de esa obra, Tornatore transitó un largo camino tapizado de guiones, cintas y distinciones, pero con su libro hoy descubre otro talento ante sus admiradores.
“Si todavía existiera un yo de 12 años y si tuviese a alguien que me obsequiara con una relación de las 50 películas que hay que ver, lo consideraría el regalo más bonito del mundo”, expresa el también director de largometrajes como Malena, Están todos bien y La leyenda de 1900, entre tantas otras.
La selección de un “genio”
El libro de Tornatore representa una especie de guía detallada asentado sobre una nómina diversa de superproducciones populares que, por cierto, atraviesa todos los géneros.
PUBLICIDAD
Cada film viene acompañado de una descripción del argumento, una ficha de los datos de producción, con anécdotas y curiosidades, y un comentario sobre la importancia de verlos casi todos, y la recomendación de “que se sientan libres para decidir cuáles prefieren ver”.
El director que obtuvo el Oscar a la Mejor película extranjera con Cinema Paradiso, se pasea por el vasto territorio de películas evidentemente comerciales hasta las de cine-arte, sin soslayar aquellas que conquistaron tantos premios de la academia como megafortunas en la taquilla.
Por ejemplo, entre la selección de 50 recomendadas por Tornatore aparecen clásicos tales como Ladrón de bicicletas, de Vittorio de Sica; El último emperador, de Bernardo Bertolucci; El Extraterrestre, de Steven Spielberg; Harry Potter, de Chris Columbus; El bueno, el malo y el feo, de Sergio Leone; La sociedad de los poetas muertos, de Peter Weir; El joven Frankenstein, de Mel Brooks; El mago de Oz, de Victor Fleming, La guerra de las galaxias, de George Lucas y Fantasía, de Walt Disney.
Al fin, como su mirada se compromete transversalmente con la industria que ama, Tornatore también acoge en su “biblia” del séptimo arte a producciones que trascienden a Hollywood. Entre ellas, por ejemplo, Adiós muchachos, de Louis Malle; La vida es bella, de Roberto Benigni; El viaje de Chihiro, de Hayao Miyazaki; La lengua de las mariposas, de Walter Salles y la brasileña Estación Central, de José Luis Cuerda.