Este jueves 8 de agosto se conmemora el Día Internacional del Gato, y en nuestro país son cada vez más las familias que suman a sus hogares una mascota felina a la que le entregan especiales cuidados.
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Las cifras indican que existe una población aproximada de cuatro millones de gatos con dueños en Chile, de acuerdo con el estudio de la Escuela de Medicina Veterinaria UC y el Programa “Mascota Protegida”, de la Subsecretaría de Desarrollo Regional y Administrativo (Subdere).
Los necesarios cuidados de los gatos
“Chile no sólo es un país de perros, sino que también de gatos”, advierte el médico veterinario Víctor Manuel Molina, Technical Advisor Boehringer Ingelheim Colombia-Venezuela e investigador y escritor de más de 40 artículos en el área de farmacología y toxicología.
“Alrededor de un 40% de la población de mascotas en Chile son felinos. Y este país es el que más tiene en la región, por lejos”, detalla el especialista, quien visitará Chile durante este mes para dictar una serie de charlas a médicos veterinarios respecto de los cuidados esenciales de los gatos en ciudades como Viña del Mar, Talca, Concepción y Temuco. Todas ellas, entre este viernes 9 y miércoles 14 de agosto.
“El cambio climático ha sido un factor relevante, toda vez que ahora en Chile hay parásitos que antes se consideraban netamente tropicales, muy lejanos para el clima templado; o sea, las posibilidades de contagio se incrementaron notoriamente”, alerta Molina.
El experto destaca que resulta clave proteger a los felinos de los parásitos e informarse por las diferentes infestaciones parasitarias y las buenas prácticas para controlarlas. Primero se debe reconocer a los parásitos internos y externos, los que suelen infestar a los gatos y estos, a su vez, pueden contagiar a los humanos, particularmente a personas en la primera infancia o inmunodeprimidas.
Algunos de estos parásitos son:
- Gusanos chatos intestinales, que en ocasiones migran al estómago generando vómito.
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- Pulgas, que pueden provocar alergias, dermatitis y alopecia.
- Garrapatas, cuya picadura puede derivar en anemia, lesiones en la piel y reacciones inflamatorias.
- Ácaros, que pueden causar irritación y comezón, lo que hace que el gato se rasque y se lastime.
- Gusanos redondos, cuyos signos clínicos más comunes son la distensión abdominal, diarrea, pérdida de pelo y retraso en el crecimiento.
- Gusanos gancho, especies que se alimentan de sangre y que, en general, causan leves molestias digestivas y diarrea ocasional. También pueden inducir a la anemia.
Para prevenir las infestaciones parasitarias en los gatos, Molina entrega cinco consejos para la salud del felino y tu familia, además de mantener las consultas con un médico veterinario:
1.- Ojo a los parásitos
“El impacto de los gatos en la salud pública es importante considerando sus hábitos. Es un depredador que gusta dormir en camas, muebles, clóset, lugares donde se guarda ropa. Cuando defecan buscan enterrarla y eso hace que muchos de estos agentes parasitarios se queden en sus patas, piel, pelos, siendo una fuente de contagio”.
2.- Siempre indoor
“Las medidas de contención del gato son fundamentales. Debemos comprometernos a que siempre está en casa y si es de los que sale lograr que vuelva a ser un individuo indoor. Al principio se puede angustiar, pero para ayudarlo hay que crear un ambiente enriquecido, didáctico, con una buena cantidad de elementos que le permitan distraerse. Y si quiere dejar que siga saliendo, pues habrá que desparasitarlo una vez al mes. Los gatos tienen un impacto potente en el ambiente y hay que ser responsables logrando que esté en casa”.
3.- Políticas de higiene
“El material de los depositarios debe ser fácil de lavar. También debemos comprometernos en qué haremos con estos materiales, haciendo una buena disposición de estos residuos. Es clave preocuparnos de que las areneras no tengan parásitos”.
4.- No a los alimentos crudos
“Las tendencias del mundo van hacia las dietas biológicas, alimentos crudos, y realmente ese también termina siendo un riesgo, porque ese tipo de alimento hay que saberlo manejar muy bien, ya que termina siendo una fuente de contagio. Las carnes y los peces crudos contienen parásitos”.
5.- Lengüetazos
“Son un riesgo y pueden contagiar. En la lengua hay huevos que quedan en la piel. Hay que lavarse inmediatamente las manos, la zona de contacto, no puede dejarse estar. Sin embargo, para eso hay una solución, porque si lo desparasitara mensualmente estará absolutamente limpio. ¿Qué me va a transmitir si me lame, si no tiene un solo parásito?”.
“Los gatos no pueden tener parásitos, no pueden tener una pulga, no pueden tener una garrapata, no pueden tener un ácaro, no pueden tener un solo gusano en el interior. ¿Por qué? Por el alto impacto en la población. Es fundamental verlo bajo el prisma de una sola salud: salud humana, salud animal y salud ambiental”, insiste Molina, quien recalca que cada animal tiene características especiales y que se recomienda consultar al veterinario con frecuencia.
Esto, porque sólo así es posible que el especialista veterinario ofrezca un diagnóstico preciso y recomendaciones pertinentes para el tratamiento adecuado del gato y su familia.